El título de esta nota no busca que el lector recuerde aquel material discográfico del “Flaco” Copani, pero sí quiere que produzca una visión ingeniosa, acorde a la actualidad de River. De hecho, este presente era el que se pretendía ya que el año 2014 mucho tiene que ver con el“Millonario”. Y arrancar de esta manera, con la obtención de dos triunfos y un empate frente al eterno rival produce en el equipo que dirige Ramón Díaz una hermosa sensación, una alegría que durará mucho tiempo, y en los hinchas un bienestar a pedir del paladar.
No hay excusas, no había dos pelotas en cancha, no había posición adelantada. River volvió a ganarle a Boca con autoridad, sobre todo en el segundo tiempo. El conjunto que comanda el riojano ahora practica la paciencia, no existe la desesperación, no se embarulla ante el gol que recibe y, sobre todo, es contundente en el manejo de pelota.
El majestuoso Estadio Malvinas Argentinas de la ciudad de Mendoza recibió la tercera y última edición del Superclásico en lo que al verano se refiere. Y estuvo a la altura con el despliegue de un gran operativo policial en las afueras de la cancha ya que dentro de la misma se observaron bengalas en la parcialidad de Boca (razón por la cual el partido estuvo suspendido unos minutos) y concluido el encuentro hubo rotura y voladura de butacas entre los plateístas de ambos equipos que ocuparon el sector descubierto. “Algunos” no pudieron con su genio.
Partido en marcha. Primeros minutos en los que los dos buscaban golpear de entrada para buscar la desesperación del rival. Y otra vez River pegó primero. Tan solo 9 minutos de juego y el centro preciso de Leonardo Ponzio desde un tiro libre, encontró la cabeza de Gabriel Mercado ante la fallida salida de Agustín Orión. Un arranque para la ilusión, igual que lo que se había visto en Córdoba, pero a diferencia de aquel encuentro, Boca fue más que River luego de la apertura del marcador. Manejaba la pelota, era profundo desde la habilidad de Luciano Acosta y la experiencia de Juan Manuel Martínez. El “Xeneize” quería demostrar otra imagen respecto del clásico anterior y lo consiguió, al menos por una media hora del encuentro. A pesar de la chance que tuvo Fernando Cavenaghi quien estrelló un tiro en el travesaño, los de Núñez no lograban tener la pelota y los dirigidos por Carlos Bianchi buscaron tanto la igualdad que la obtuvieron. Daniel Díaz recibió la pelota cerca de la medialuna y sin dudar sacó un remate envenenado, difícil para cualquier arquero. 26 minutos y Marcelo Barovero no fue la excepción ya que la tuvo que ir a buscar adentro. Era justo. Boca tenía la pelota y no lo dejaba respirar a su rival en cada salida. Hasta tuvo la oportunidad de pasar al frente en el marcador, pero Leonel Vangioni la sacó sobre la línea. Se conformaron con lo que dieron y el árbitro Néstor Pitana, de flojísima actuación, decidió mandarlos al descanso.
Segunda etapa en juego. Los dos querían ganar y fueron para adelante, pero con el paso de los minutos se podía ver más fortalecido al conjunto que comanda el “Pelado”. Ninguno quería la definición con tiros desde el punto del penal y nuevamente la alegría quedó para River puesto que a los 16 Carlos Carbonero, de gran desempeño, envió el centro por lo bajo, al ras del suelo para la entrada solitaria de su compatriota Teófilo Gutiérrez. Floja salida del arquero Orión y a festejar. “Teo”, luego de un gesto hacia la hinchada rival que se podía haber evitado, se besó el escudo y abrazó a Ramón Díaz. Existía un toqueteo interesante, movimientos que hacía mucho tiempo no se veían y esto levantaba más a la gente que acompaña al equipo juegue donde juegue. Pases precisos, buenos cambios de frente, las clásicas paredes y hasta un taco que tiró Cavenaghi. Aplausos para ese momento del encuentro.
El 2 a 1 marcaba la diferencia no solo en el resultado sino también en lo que se observaba en el campo de juego. Los de Núñez se adueñaron del territorio mendocino y dejaron a Boca sin nada. Muy bien diez.
En cuanto a los partidos de verano, desde la vuelta a Primera División y en los 90 minutos reglamentarios, River lleva 6 superclásicos sin perder ante Boca: 4 triunfos y 2 empates. Esta efectividad de victorias habrá que llevarlas al ámbito del Torneo Final y volver a ganar en la “Bombonera”. Hay equipo, hay nueva dirigencia que sí quiere el bien del club. Hay un presidente que parece ser muy capaz y sobre todo sí es hincha de “La Banda”. Este deberá ser el año del despegue en todo sentido. La institución de Núñez buscará recuperar ese poderío mundial que tuvo durante mucho tiempo. Y arrancar el año de esta manera deja a todos con la “boca” cerrada.
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