Desde el momento en el que el árbitro Néstor Pitana hizo sonar el silbato y decretó el final del partido, pasarán aproximadamente 96 horas, llegaremos al jueves 27 de noviembre y allí sabremos si la “jugada” de Marcelo Gallardo de reservar a los jugadores titulares para el choque trascendental ante Boca le salió bien. Mientras, la idea de haber presentado un equipo con mayoría de futbolistas suplentes ante Racing ya tiene carácter de negativa. Ya tiene el resultado puesto y fue el peor que tiene el fútbol (entre muchos deportes) para cualquier conjunto. En este caso, River no solo perdió el encuentro sino que además le cedió en bandeja la punta a Racing, actual líder con 35 unidades con 6 por jugarse y con la ventaja de 2 sobre el “Millonario”. Muñecos estáticos.
Era previsible, era de esperar. Quizás el análisis profundo nos llevaría a decir que solo perdió por esa carambola maldita llena de rebotes en plena área chica. Pero el resultado ya es inamovible. Nuevamente la mala fortuna visitó a Ramiro Funes Mori, el último de los 3 jugadores que participaron en esa serie nefasta de rebotes. Al “Mellizo” no solo le pegó en un pie, sino en los dos y posibilitó que ese centro envenenado enviado por Gastón Díaz finalizara en gol, luego, y cabe destacar, de la tapada de Marcelo Barovero ante el remate de Diego Milito. Complicado presente para el ex “River Sensación” que ha dejado de serlo y perdió terreno en el torneo local y no está asegurada su presencia en la final de la Copa Sudamericana. Será todo o nada.
Inicio del partido. Ninguno era más que el otro ya que el semillero de River había tenido la primera chance de gol en los pies de Augusto Solari que bien tapaba Sebastián Saja. Luego, la ocasión para Sebastián Driussi, pero el remate salía apenas desviado. Hasta que llegó el minuto 15, Díaz llegó hasta el fondo, envió el centro y luego de los rebotes que mencionábamos, Funes Mori se la llevó por delante y a cobrar para la “Academia”. Apertura del marcador y sello al resultado ya que los 75 minutos que quedaron fueron para que el aburrimiento se adueñara de los hinchas presentes en el Estadio Juan Domingo Perón y los televidentes riverplatenses se preocupen más por hablar del jueves antes de seguir las acciones del encuentro. En el complemento, solo se destaca la reaparición de Fernando Cavenaghi que poco pudo hacer ante un equipo de River totalmente desdibujado, plagado de pibes que aun no tienen la experiencia para jugar este tipo de definiciones. Perdió por haber cuidado lo mejor que tiene: Gallardo apostó a la Copa y en unas cuantas horas sabrá si esta jugada le sale como él quería.
A “olvidarse” por unos días de la derrota, de haber perdido la punta y de pasar a ser escolta. En la cabeza de todo River está Boca. Segundo partido a la vuelta de la esquina. Ahí si deberá aparecer el mejor equipo que busque la final de la competencia internacional. Es más que un partido por el rival a vencer. No es cualquier adversario y todos lo sabemos. Los que salgan a la cancha deberán dejar la vida, pero que haya juego, no pelea. Que resucite el “River Sensación” y mantenga la ilusión de coronarse con el trofeo. Más de 60 mil almas alentarán, cantarán y gritarán por el tiempo que se juegue que hay que ganarle a Boca. El partido es de ustedes, el sueño es el de más de medio país.
Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08
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