En una charla imperdible, el artillero se confesó a fondo en todos los aspectos y adelantó las sensaciones que genera el Superclásico.
Un animal del área que se puso la camiseta más pesada e imaginó jugar en el patio de su casa, ajeno a los kilos de plomo que trae consigo la banda roja. Como si meter un gol en el Monumental fuera similar a prender la luz de la cocina. Así de fácil lo hace Lucas Alario, el emblema que tiene el campeón de América en la delantera, pareja en cuanto a goles en lo que va del año.
Los elogios llovieron después de dejar en ridículo al cuestionado Ruso Rodríguez, víctima de una resolución poco vista en el fútbol argentino y con la paz de un monje tibetano. "Fue muy rápida la jugada. Me vino el rebote del cabezazo y me tomé un segundo para amagar y definir. Me salió así. Lo importante es que entró", recordó en Olé.
La magnitud de sus conquistas no pasan para nada desapercibidas, se tratan de hitos en la historia riverplatense que el hincha aún mantiene vigente en la retina. "A mí me gustaría convertir todos los partidos que juego. Sé que no es fácil, pero es lo que uno como delantero quiere para aportarle al equipo. Con Independiente tuve la suerte de hacerlo y me fui contento porque River pudo ganar. Es importante: si convertís y el equipo pierde no sirve de nada", argumentó el Pipa.
Se viene Boca y el arco de Agustín Orión aparece como la presa favorita a saborear. En racha y con la confianza por las nubes, el delantero imagina un festejo el próximo domingo. "Me encantaría hacer un gol en el clásico, lógicamente, como a cualquier jugador. Porque son goles que te quedan marcados siempre. Que me quedaría marcado a mí como jugador y también queda en la historia de los partidos. Sería especial, obvio. Ojalá se dé y podamos ganar, que también va a ser muy importante para seguir levantando de cara a lo que viene en el semestre", apuntó.
El debut de Guillermo Barros Schellotto tras la salida de Rodolfo Arruabarrena aparece como una ventaja, si así se le puede llamar. Sin embargo, al ex Colón no lo desvela. "Eso es un tema de ellos, no nos metemos. Nosotros nos mentalizamos sólo en lo nuestro y nada más. No nos importa el resto ni nos fijamos: hay que trabajar duro durante la semana y llegar de la mejor manera al partido, es lo único que nos preocupa", manifestó.
Un condimento será la semana libre que tendrá el plantel para preparar el partido, no así el Xeneize, que enfrentará a Racing el próximo jueves. "No me parece que sea una ventaja, la verdad. Porque en los clásicos no importa cómo llegue cada uno, si viene de perder o de ganar o si viene con más o menos desgaste. Los clásicos se juegan con la cabeza, no tanto con el físico: ya de por sí todos los jugadores van a dar el máximo sin importar lo cansado que estén o si jugaron un partido hace poco tiempo. Es un partido aparte, así que va a ser igual para los dos", culminó el santafesino.
Lucas Ajuria
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