El ex jugador Eliseo Prado falleció a sus 86 años. Goleador durante la década del '50, integrante de La Maquinita y 6 veces campeón con la camiseta del Más Grande. Además, una particularidad: se recibió de odontólogo ya jugando en Primera.
Dicen quienes lo conocieron que se movía tan bien en el área como en el consultorio. Es que Eliseo Prado, además de ser un gran futbolista, era odontólogo. El destino y una huelga de jugadores hicieron que debutara en 1949 con la banda roja cruzándole el pecho, aquella que defendería por diez años. "El Doctor" se cansó de gritar goles en el Monumental durante la década del '50. Desplazó del equipo a un goleador como Walter Gómez, ese por el que la gente dejaba de comer con tal de poder verlo en la cancha pateando una pelota.
“Fue una lucha y un sacrificio brutal haber podido cursar la carrera, haberme recibido y triunfar en la primera de River. Andaba siempre con una valijita y todos los elementos de odontología. Cuando concentrábamos en Ezeiza los viernes a la noche, Minella me autorizaba el sábado a la mañana para cumplir con los trabajos prácticos. A la vuelta tomaba el tren en Constitución y entrenaba solo. Mis compañeros me cargaban, principalmente el Beto Menéndez: ‘Vos, Cacho, con el tema de los dientes y las muelas te rajás siempre’. Creo que en esos tiempos fui un caso único. Tuve que estudiar porque mis viejos me decían: ‘En casa vagos no quiero’. Había que trabajar o estudiar y para mis padres jugar al fútbol no significaba ningún trabajo”, contaba.
Algunos hinchas entrados en canas dan fe de que era un jugador inteligente, muy técnico y de gran manejo con ambas piernas. Interesante remate de media distancia, buen cabeceador y lo que en ese entonces se definía como "el armador de juego". Goleador de raza, con definiciones de esas que quedan grabadas en la retina. Junto con Vernazza, Gómez, Labruna y Loustau dieron nombre a "La Maquinita" y juntos conquistaron el tricampeonato del '55, '56 y '57. Con la Selección Argentina disputó el Mundial de Suecia 1958. A los 33 años tomó la decisión de colgar los botines para dedicarse a su profesión.
También fue protagonista en varios River-Boca, y su obsesión por ganarle a los primos evidenciaban su inmensurable cariño por la banda. "Los Superclásicos los jugábamos como si fueran una final de campeonato. Es la salsa del fútbol y el espectáculo más atractivo. Un sentimiento que divide a un país. Son partidos inolvidables por la rivalidad, el marco y la expectativa que genera el resultado. Ganarle a Boca y en su cancha me hacía muy feliz. Sabía que mucha gente lo disfrutaba. Me producía la misma sensación que ganar un campeonato. Siempre digo que los que hemos jugado esos partidos, fuimos elegidos por Dios", explicaba.
"Pasala, dentista", le gritaban sus compañeros entre risas. Fueron 236 partidos, 74 gritos sagrados y 6 títulos obtenidos con el Millonario. También paseó sus goles por Gimnasia y Esgrima de La Plata y Sportivo Italiano, pero su corazón siempre fue bien gallina. Admirador de Labruna y un libro abierto de la más rica historia riverplatense, Eliseo dejó este mundo a los 86 años para seguir alentando al Más Grande desde arriba. ¡Hasta siempre, Doctor!
Macarena Álvarez Kelly
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