
El Más Grande fue el encargado de firmar el gol número 500 de Primera División. El Pity Martínez, el autor de la conquista.
A lo largo de los años, el fútbol argentino sufrió planteos mezquinos, perjudiciales para la vista; y ofreció otros muy ofensivos, admirables para el espectáculo. Así, se empezaron a sumar infinidad de goles de todos los colores, desde goleadas lapidarias e históricas hasta derrotas impensadas, sin pasar por alto los heroicos empates en canchas imposibles. Precisamente, esta última premisa es la que vivió anoche el conjunto de Gallardo.
De firmar una difícil parda sin emociones a una desventaja sorpresiva que Olimpo defendió con uñas y dientes. Pero apareció el Pity Martínez para sentenciar la igualdad, equivalente al quinto centenar de gritos en la máxima categoría del futbol local.
Algunas más resonantes y otras no tanto, lo cierto es que el River del Muñeco tiene una bandera que flamea refulgente en todos lados: es un gran rompedor de rachas.
Lucas Ajuria
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