
Gonzalo Martínez convirtió dos goles en el semestre y ambos sirvieron para empatar el encuentro. No obstante, fueron de visitante y la cuenta pendiente es en el Monumental.
Llegó como la figurita difícil del mercado de pases, seis meses después de lo solicitado, pero al fin y al cabo arribó a Nuñez. Las expectativas en él depositadas fueron una vara muy alta que no pudo eludir, tal como le cuesta terminar de apilar rivales.
Sin embargo, su primer gol fue producto de una excelente maniobra individual en Sarandí. Recibió un pelotazo largo desde la derecha, la acomodó para su zurda, la tiró larga, enganchó y sacudió de derecha. Fue el 1-1 transitorio contra el Arse, partido que finalizaría, milagrosamente, 3-3.
Anoche, la sorpresiva derrota en Bahía Blanca parecía adueñarse del resultado, pero el Pity volvió a aparecer para ajusticiar a Champagne con un zapatazo de afuera del área. Nuevamente, significó salvar un empate en una cancha difícil, cuando las individualidades no aparecieron.
Sin embargo, su doblete fue a domicilio. La deuda, mojar en el Monumental, donde las tribunas no paran de exigir y los noventa minutos de aliento constante intimidan a propios y extraños. En esta segunda mitad de la temporada, el Pity tendrá un objetivo claro: festejar con su gente.
Lucas Ajuria
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