
Leonardo Pisculichi, enganche de River, quien fue la gran figura e incorporación del equipo en el anterior mercado de pases, supo ganarse la confianza de la gente que lo veía de reojo a fuerza de grandes actuaciones, y así llegó a ser titular indiscutible. Determinante para ganar la Copa Sudamericana con sus centros, su pegada, sus asistencias y sus goles.
Hoy "Piscu" no está en el rendimiento que uno espera de él y es que si bien el equipo está en un bajo nivel en general con respecto al semestre pasado, uno nunca imaginaba que la jerarquía individual de este jugador iba a pasar por este momento. El GPS que tenía el 15 en la cabeza empezó a fallar y River lo sufre horrores.
Aunque es normal en un jugador tener altibajos y el hincha se ilusiona con volver a verlo pronto en ese nivel con el que los deslumbró, ayer mostró destellos de su habilidad, no se vio claro en el primer tiempo, un poco impreciso, manejó mal la pelota parada, tirándose en ocasiones, reclamaba faltas que no fueron y con poca movilidad. Los jugadores de Tigres también hicieron un gran trabajo defensivo presionándolo para que no reciba tranquilo la pelota.
Pero en el segundo tiempo en el que el Millonario empezó con el resultado en contra, se vio a un Pisculichi más participativo, movedizo, preciso y con más asociación entre sus compañeros. Ejecutó buenos centros e hizo una jugada con una exquisita pisada fuera del área sacándose al hombre de encima. Disparó al arco pero el Patón Guzmán la sacó forzosamente al córner. Si bien todos esperamos más de él, el partido del Golosina dejó una buena impresión con respecto a las anteriores actuaciones y la ilusión de que vuelva a vivir el fútbol.
Chiara Arduini
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