lunes, 8 de septiembre de 2014

ES LA MORA, ES LA MORA…



Juega, piensa, disfruta, gana, gusta, a veces golea. Se florea, arranca aplausos, genera ilusiones, te divierte, te somete. Es inteligente, es atractivo, va de frente, no se esconde, pisa fuerte. Y podríamos seguir horas y horas buscando vocablos, adjetivos, verbos y un sinfín de formas de demostrar lo que genera este equipo de fútbol, pero lo simbolizamos todo en una sola palabra: enaMORA. Así es River, el elenco que dirige Marcelo Gallardo, que apabulla a todo rival que se le cruce por el camino. Gana todo lo que juega, con ideas, con confianza y con paciencia. Es para enamorarse.

Pero pongamos los pies sobre la tierra: aún no ha ganado nada, sin embargo vale la pena llenar de flores a los de Núñez ya que demuestran ser un equipo compacto, unido, con muchas ganas de llegar a diciembre con más de una corona. En esta oportunidad, la víctima fue Tigre, el “Matador” de Victoria que no pudo matar a su rival, no pudo jugar ni hacerle frente a este River arrollador que cuando marca un gol aprieta el acelerador y los jugadores parecen volar. Rodrigol por dos.

Hay que destacar que los primeros minutos del comienzo a River le costaba finalizar las jugadas elaboradas, que se entienda: llegaba al área, pero no profundizaba todo lo correcto que hacía desde Marcelo Barovero hasta los que manejan la delantera. Y para colmo de males, los futbolistas se resbalaban continuamente producto de las lluvias de los últimos días y los riegos previos al encuentro. Tal es así que ni Rodrigo Mora ni Lucas Boyé podían plasmar en la red lo que generaban Leonardo Pisculichi y compañía. Los minutos pasaban hasta que a los 33, “Piscu” tocó para Boyé y éste para Ariel Rojas que desde el sector izquierdo envió un centro directo al pecho de Carlos Sánchez. De uruguayo a uruguayo, Sánchez para Mora que desde la medialuna sacó una especie de bolea con el pie izquierdo y dejó parado al arquero Javier García.

Era justo irse al descanso con la ventaja, era merecida la victoria parcial ya que enfrente había un equipo sin alma, plagado de errores, sin brújula futbolística, sin ideas de cómo frenar  al rival. Y llegó el complemento y rápidamente el “Millonario” aumentó la diferencia en el marcador. Otra vez se juntaron los zurdos del equipo local. Entre Pisculichi y Rojas armaron la jugada que terminó con el centro del ex jugador de Godoy Cruz para Mora. Rodrigo la dominó en el área grande a los 2 minutos y sentenció el resultado pero esta vez con el pie derecho y dejando a García en el suelo.

EnaMORAdos de éste equipo que comanda el “Muñeco”, todo el Estadio Monumental cantaba, saltaba, alentaba y gritaba “Este es el famoso River”. Y los jugadores se floreaban, tiraban lujos, tacos, caños, jugadas de memoria, pisadas de potrero, etcétera. Hasta una emboquillada de Mora pudo ser el tercero, pero la defensa del “Matador” evitó la conquista. Todo eso generó algo de fastidio en Martín Galmarini quien se fue expulsado a los 41 minutos por el juez Mauro Vigliano de pésimo arbitraje. Ganó el único puntero del certamen y estuvo muy bien.

Hay confianza, pero no hay que confiarse. River da tranquilidad a su gente, pero como decíamos anteriormente, aún no se ganó nada. De que va encaminado a lograr todo, de eso no hay dudas. Aunque parezca raro por éste inmejorable presente, cualquier equipo puede darle el primer dolor de cabeza a Gallardo y a sus dirigidos. Se está trabajando muy bien y eso se nota en cada presentación. Se vienen más pruebas para los de Núñez, hay que ir partido a partido, pero en el interior de cada futbolista riverplatense ya se empieza a palpitar ese encuentro que todos quieren jugar, ganar y, en lo posible, por goleada.

Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08

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