Admirable, afectuoso, alegre, con A de arquero o con A de Amadeo. Conmovedor, cariñoso, cálido, con C de Campeón o con C de Carrizo. Así fue el merecidísimo homenaje al arquero más grande de todos los tiempos, según la opinión de muchos. Un sinfín de emociones de grandes y chicos, como él mismo lo dijo. Amadeo Raúl Carrizo fue distinguido por la dirigencia de River en la previa del partido que se disputó en el Estadio “Monumental” y es por ello que esta nota comienza de manera diferente, de forma especial. El Presidente Honorario del club es una de las grandes glorias riverplatenses y en un acto de grandeza de todos los dirigentes, este 13 de abril de 2014 quedará para siempre grabado en la memoria de muchos. ¡¡¡GRACIAS AMADEO!!!
Ahora sí, había que jugar al fútbol, o al menos intentarlo. River venía de un tropezón que por suerte no fue caída. La única intención de la fría tarde de Núñez era calentar las manos y las gargantas de todos de tanto aplaudir y gritar goles. Los hubo, y fueron 2. ¿Aplausos? Los justos y necesarios para reconocer ciertos esfuerzos y aisladas jugadas que prometían cosas interesantes pero que no llegaban a destino.
Se rendían exámenes y los alumnos, entre otros, eran Jonathan Fabbro y Germán Pezzella. Mal y bien respectivamente si quiere que sea directo. El enganche no pudo completar ninguna de las acciones que tuvo y pasó casi inadvertido salvo un disparo de media distancia cuando amanecía el complemento. El defensor no fue para que Alejandro Sabella lo convoque para el Mundial de Brasil, pero sus intervenciones en el juego fueron de manera aceptable.
Comienzo del partido. Bueno, comienzo es una tradicional forma de decir. Si bien los palos jugaron para River, el tramo de los primeros 45 minutos fue aburrido y frío, como el clima. El equipo que dirige Ramón Díaz no podía profundizar y ser efectivo en las intenciones de llevar peligro al arco rival ya que enfrente tenía un conjunto que sabe cómo contrarrestar la adversidad. Jorge Burruchaga, entrenador del visitante, es inteligente en el planteo de los partidos y por más que a muchos no les guste la forma de hacer jugar a los equipos que dirige, hoy no le dio resultado solo por falta de efectividad. River no fue más que La “Crema” de ninguna manera.
Decíamos que los palos habían jugado para el local y así lo fue. Primero lo tuvo Andrés Rodales con un remate casi desde la medialuna y luego Adrián Bastía de taco casi en el área chica. Ambos no pudieron solo porque el arco mide 7 metros con 32 centímetros. Por el lado de los de Núñez, no pudo ni Teófilo Gutiérrez en una linda contra ni Fernando Cavenaghi abajo del arco. Así se fue la primera etapa, y en un entretiempo muy friolento no venía mal tomarse un café.
De las tribunas se trasladó al campo de juego. River cuenta con 3 futbolistas “cafeteros” que habitualmente son titulares y dos de ellos fueron máximos protagonistas en el segundo tiempo. A los 9 minutos, el tiro de esquina ejecutado por Fabbro encontró la cabeza de Cavenaghi que la peinó y posibilitó que Carlos Carbonero quedara en posición de gol. El mediocampista la empujó a escasos centímetros del arco y a festejar. Solo efectividad, porque el juego no era para nada bueno y para colmo de males Marcelo Barovero debía salir por una contractura.
Se venía otro partido, el visitante con la necesidad de salir a buscar la igualdad y los dirigidos por el “Pelado” con la urgencia de doblegar el resultado. Y esto pudo haber llegado gracias al penal que tuvo a su favor pero la sequía de Cavenaghi continúa dándole dolores de cabeza. La jugada entre él y Gutiérrez dejó al colombiano cara a cara con el arquero, pero al intentar escapar, a Néstor Conde no le quedó otra opción que cometerle infracción y por ende, sufrió la expulsión por parte del árbitro Federico Beligoy de pésima actuación. El “Torito” se paró frente al guardameta ingresado, Gonzalo Marinelli, pero su remate dio en el travesaño. Todo sucedió a los 30 minutos. Flojo andar del número 9.
Pero el “Millonario” no se quedó y fue por más. La conexión colombiana tuvo su pico máximo a los 40. El centro de Carbonero llegó hasta el pecho de Gutiérrez. “Teo” dominó y sacó un soberbio remate con su pie derecho que obviamente dejó sin chances al arquero suplente. Ahora sí, el 2 a 0 daba la tranquilidad necesaria para llegar de muy buena manera a la “final adelantada” del miércoles frente a Estudiantes. Ganó River, pero no le sobró absolutamente nada.
Se continúa ahí nomás de la punta, a solo una unidad. Claro está que si se le gana al “Pincha”, las posibilidades de coronarse serán cada vez más serias. River necesita adjudicarse el Torneo Final no solo para cortar una racha de 6 años sin ser campeón en Primera División, sino porque es una obligación por historia, por su gente y porque en el banco está el Director Técnico más ganador del club. Así lo expresó la hinchada “Millonaria” en una bandera particular dedicada al entrenador y éste la agradeció públicamente. A ganar el miércoles y el canto “Que de la mano de Ramón Díaz” será cada día más coreado por todo el pueblo riverplatense.
Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08
0 comentarios:
Publicar un comentario