
Carlos Carbonero sin dudas fue la figura excluyente de un River que fue a buscar prenderse en el campeonato y, si bien pudo haber sido goleado, terminó metiendo en un arco a All Boys que jugó mas de un tiempo con un hombre de más.
El volante se encargó de varias cosas en la noche de Floresta. Primero fue quien cortó una larga racha, que traía River, de no convertir más de un gol en un mismo partido (River 3-0 Tigre, fecha 6 Torneo Inicial 2013). Segundo, fue quien inició la remontada del Millonario en el segundo tiempo con un cabezazo que transmitió miedo a los jugadores de All Boys, que hasta ese momento se hacían un festín con un deslucido equipo de Ramón Díaz. Tercero fue, después de mucho tiempo, quien convirtió más de un tanto en un mismo partido por campeonato, desde los dos goles de Lanzini en el Monumental ante Tigre por el orneo anterior.
En el juego, el colombiano se asoció siempre y, aunque parezca mentira, es uno de los pocos jugadores que hace la diferencia cuando recibe el balón en River; el volante controla la pelota cuando se la dan gana un segundo valiosísimo la continuación de la jugada. Incluso por eso mismo se genera la expulsión de Vangioni, en un mal control del balón. Pero Carbonero viene en levantada, esta noche se asoció bien con Teo y por medio de esa sociedad nació el primer gol de River con un pase exquisito a la red. Y en el segundo tiempo marcó de cabeza para encender una luz de esperanza con uno menos e ir en busca de la heroica por, al menos, el empate.
Marcelo Andrés Guzmán
@marceloaimar
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