lunes, 26 de agosto de 2013

Poco para destacar, mucho para cambiar

FOTO: LPM

Todos sabemos que el fútbol es un deporte hermoso, que tiene sus cosas buenas pero también cuenta con cosas malas. Que tiene una ley que se impone por encima de cualquier otra que es hacer más goles que el rival para ganar. Se puede jugar mal y ganar, aunque también jugar bien y perder. Pero lo que más duele y molesta en demasía son los “robos” llamados errores arbitrales. Son los que te perjudican, los que no te salvan, y los que solemos ver todos, menos ellos. Son humanos sí, pero ¿quién habrá sido el individuo qué alguna vez impuso qué se debe juzgar la intención de tocar la pelota con la mano en el área? Fernando Rapallini que fue el árbitro, decretó que dos manos en el área visitante fueron casuales. Para debatir entre todos.

River perdió, porque Colón hizo dos goles y el “millonario” uno. Porque el arquero Germán Montoya fue figura. Porque no supo reaccionar a tiempo ante cada conquista del visitante. Porque, porque… Son un sinfín de explicaciones que podríamos dar horas y horas. Y lo único cierto es que se esperaba otra cosa ante las presencias de Teófilo Gutiérrez y Rodrigo Mora juntos y lo sorpresivo de la tarde fue que ganó el “sabalero”. Como dato estadístico, es la segunda vez en la historia que Colón le gana a River en el Estadio Monumental. Duele, molesta, inquieta y sobre todo, preocupa. ¿Culpas? Varias. Una de ellas, demasiado premio haber traído a Carlos Carbonero. El colombiano no encaja en la formación inicial, no gravita, no produce el peligro que necesita River en ofensiva. Una tarde negra que le corta a Ramón Díaz un invicto de 14 años sin perder como Director Técnico en casa.

Amén de todo lo dicho, debemos destacar que con protagonismo, con empuje y teniendo algo de actitud River iniciaba la primera etapa en la cual se esperaba quizás algo más de lo que sucedió. Se preveía que el gol podía llegar en cualquier momento, pero no fue así porque el arquero Montoya estuvo atento a las llegadas del “millonario”, como por ejemplo en la situación que tuvo como protagonista a Mora quien dominó en el área grande y remató de zurda casi con el guardameta “sabalero” encima. O en la ocasión en la cual Leonel Vangioni desbordó por su sector y sacó el centro “envenenado” que se fue cerrando y que obligó al arquero a retroceder en la carrera y cachetear el balón. Los de Núñez intentaban por todos lados, pero el arco de la visita tenía una muralla imposible de traspasar.

No fue un mal primer tiempo, pero si tuvo esa impaciencia más que nada de parte de River que fue quien estuvo más cerca de la concreción del gol. Había una triangulación interesante que hacía ilusionar con la efectividad a la hora de pisar el área. El equipo que dirige Ramón mejoraba poco a poco su actitud, su presencia en cancha, su poder ofensivo. Teo y Mora estaban y están “obligados” a ser protagonistas en cada partido, ya que la ausencia de gol en cantidad sigue siendo un problema, pero ojo: si no tienen quien los asista seguirá siendo un inconveniente más que importante. En esta oportunidad fue Manuel Lanzini quien debió abastecer a los delanteros y no lo hizo del todo mal, pero a su juego le falta más profundidad, más peso. Muchos imaginan el tridente Fabbro, Gutiérrez y Mora y sería el ideal para que el funcionamiento del equipo produzca muchos frutos. En fin, sin tantas situaciones claras de gol, llegó el descanso en la tarde del “Monumental” que albergaba aproximadamente 50 mil personas.

Y el complemento era una incógnita. Era saber si River lograría ser más preciso con las acciones ofensivas o si otra vez le iba a costar jugar con comodidad. Lamentablemente la última opción es la que tuvo más protagonismo, no solo porque le costó sino porque no tuvo reacción ante los goles del equipo santafesino. Corrían apenas 6 minutos cuando Facundo Curuchet la empujó casi adentro del arco. Más no se le podía pedir a Marcelo Barovero que había hecho lo imposible por evitar la conquista. Sus compañeros no fueron atentos, no lo acompañaron, no lo defendieron y la jugada de Colón que fue de derecha a izquierda finalizó con el gol del mediocampista. 0-1 y a tratar de empatarlo, cosa que no sucedió. River no pudo ni supo como entrar en el área rival que estaba plagada de futbolistas colonistas. Iba con vergüenza, con lo poco que tenía, con un Carbonero intrascendente que parecía que no tenía ganas de jugar. Y mientras, los minutos pasaban hasta que una falta de Jonathan Maidana, necesaria quizás, se convirtió en tiro libre para Colón. El centro desde el sector izquierdo llegó al área sin peligro en primera instancia, y luego del rechazo de Matías Kranevitter, todos se olvidaron de Rubén Ramírez. El delantero tomó el rebote y la mandó a guardar de volea, un golazo que dejó a Barovero parado. 32 minutos y el 0-2 era demasiado. Imposible de remontar aunque la ilusión se encendió cuando 10 minutos más tarde, el debutante Gutiérrez descontó y puso el 1-2 que sería el resultado final. El colombiano estuvo atento para tocar el balón luego del centro enviado por Osmar Ferreyra y que peinara Simeone. Regular presentación de “Teo”. Claro estaba que no iba a ser el salvador. El mejor jugador del mundo juega en Barcelona, aunque ahora esté lesionado, situación que demuestra que no es extraterrestre. Perdió River, desazón y mucho por replantear de aquí al próximo partido.

Era el partido del despegue, el rival justo para salir adelante, para no perder el tren de los punteros. Haber conseguido 4 puntos de 12, es para preguntarse varias cosas. Si Gimnasia le gana a Newell´s el partido pendiente, le habrá sacado 8 puntos a River, suma importante con lo difícil que es el fútbol argentino de hoy que cualquiera le gana a cualquiera. La prueba siguiente nos llevará al Nuevo Gasómetro otra vez. Será cuestión de entender que jugando así son muy pocas, casi nulas, las chances de ser campeón. No estaría bueno optar por uno de los dos torneos que pelea el equipo que comanda Ramón. La idea es ganar todo, la historia obliga a ganar todo, pero estamos en 2013, no en la década del ´90, aunque todos los que amamos estos colores quisiéramos volver a esas épocas de glorias interminables.


Alexis Emmanuel Fuma
@Alesn08

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