Miles de hinchas de River volvieron a brindar un espectáculo único en el mundo. Acompañaron en caravana al equipo desde el Monumental hasta el aeropuerto, para despedir con todo el cariño a los samurais que se fueron rumbo a Japón en busca del sueño.
No alcanzaría la vida para compartir la cantidad de fotos y videos necesarios para poder transmitir la locura que se vivió el domingo en Buenos Aires. Desde temprano, la gente de River se fue juntando en las afueras del Monumental para hacerse sentir y despedir al equipo como se merece. Con bombos, banderas, bengalas y mucho aliento el micro salió rumbo al aeropuerto envuelto en una marea roja y blanca.
Los jugadores, atónitos, filmaban y sacaban fotos desde adentro. Con sonrisas y gestos de agradecimiento comenzaron a palpitar el Mundial de Clubes aún antes de subirse al avión. Se calcula que más de 50.000 personas conformaron la fiesta riverplatense que se vivió desde Núñez hasta Ezeiza, copando por completo la autopista a la espera del plantel y acompañando todo el camino.
Entre los presentes se pudo observar un cóctel de sensaciones difíciles de explicar. Entre ojos llorosos, cantos desenfrenados y corazones exultantes de alegría, el hincha volvió a brindar su propio espectáculo y le dio a los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes una despedida a la altura del Más Grande. Ahora, de ellos dependerá volver de Japón habiendo cumplido el sueño de millones.
Macarena Álvarez Kelly
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