Jorge Gordillo, campeón de la Intercontinental de 1986, dialogó en exclusivo con River Instante por Radio Güemes AM 1050 (martes y jueves de 23 a 24) acerca de su experiencia conquistando el mundo. También indicó cómo le jugaría al Barcelona y comparó aquella época con la atmósfera que se vive en estos días.
Cualquier jugador que inicia su carrera futbolística sueña con integrar el mejor equipo del mundo. Tal cual le pasó a Jorge Gordillo, emblemático defensor que supo alzarse con la Copa Libertadores del '86 y la Intercontinental del mismo año. Consultado por la situación que atraviesa el actual plantel, expectante por el duelo contra los culés, fue extremadamente sincero. "Llegar a una final contra el Barcelona ya es un sueño. Es el partido más importante en la historia del club", remarcó.
Luego de la debacle por la cual debió pasar la institución hace cuatro años, transitar esta actualidad es un desahogo muy grande, incluso para los ex jugadores que supieron erigirse como los monarcas del planeta fútbol ante Steaua Bucarest. "Hay que dar el último pasito. Sería la frutilla del postre y estamos haciendo fuerza para que eso ocurra", contó.
Aún en búsqueda de su mejor fútbol, El Más Grande se metió en el partido decisivo y ansía quedarse con el trofeo. Es más, para el Tapón hay confianza de sobra. "Sabemos lo que significa River. Se va a recuperar seguro y es lo que todos soñamos. Hoy está donde verdaderamente se merece y jugará contra uno de los mejores equipos de la historia", destacó.
Imaginándose el temple que deben tener los jugadores para preparar semejante desafío, reveló que deben estudiar los movimientos y las variantes de su adversario. "La cabeza debe estar a mil porque uno debe repasar los partidos que ha visto, tratando de encontrarle la vuelta", analizó.
Incluso, confesó que el cosquilleo de retomar la actividad es algo que lo mantiene en vilo. "Son esos partidos que a uno le gustaría volver a ser jugador. Dan ganas de volver a estar en la cancha. Estarán a la altura porque es lo que esperaron toda la vida", manifestó.
Quizás, uno de los jugadores más criticados es Éder Álvarez Balanta. Por su irregularidad y falta de confianza, pero para Gordillo el colombiano debutó con el pie derecho en Japón. "Hizo un partido correcto contra Sanfrecce. Marcó bien y respaldó a los volantes. Sólo perdió una pelota que atajó Barovero", recordó detalladamente.
Hace 29 años fue Antonio Alzamendi quien infló la red para que el Millonario se consagrara en Tokyo. Esta vez, al entrenador de la Octava le da igual quién se convierta en héroe. "Cualquiera, je. Ojalá alguno pueda hacer el gol y que sea el del triunfo", añoró.
Cada uno tiene sus cábalas y su caso no es la excepción. "Tratamos de ver el partido en familia con mis hijas, que son muy fanáticas. Esa sería la mía", expresó.
Al rememorar los festejos de su camada, resaltó la parsimonia con que de vivió. "En ese momento, la hinchada era más tranquila. Recuerdo cuando terminó el partido y nos acordamos, a la distancia, de nuestras familias. Ahí nos dimos cuenta de lo que habíamos logrado", asimiló. Eso sí, no ocultó la celebración post partido y puertas adentro.
"El festejo en el hotel fue muy emotivo pero no había la misma cantidad de gente que ahora", evaluó. "Tuvimos mucho tiempo para prepararnos para la Intercontinental. En aquél momento era un partido único y nos enfocábamos en un solo rival", subrayó la diferencia.
En el plano futbolístico, tanto Dani Alves como Jordi Alba son dos amenazas constantes por las bandas. De este lado, encontramos dos jugadores reconvertidos a un nuevo puesto como Mercado y Vangioni. Para el también ganador de la Interamericana '87, no es una desventaja. "Los laterales de River cumplieron muy bien en todo este tiempo. Hay que hacer un partido perfecto y poder sacar provecho", deslizó.
Cómo le jugaría si él fuese el técnico? "Lo apretaría bien arriba para disputarle la pelota y presionarlo", apuntó quien tuvo un paso por Independiente entre 1992 y 1995, donde se retiró de la actividad.
A propósito, le tocó enfrentar al Millonario con otra camiseta, lo mismo que le ocurrirá a Mascherano el próximo domingo. Las sensaciones que recorrieron su cuerpo no fueron las mejores y las recordó. "Fue muy duro cuando jugué mi primer partido contra River. Él jugó en muchos clubes y sólo sentirá nostalgia por enfrentar a su ex club", expuso.
Sobre los aspectos a pulir teniendo en cuenta el choque ante Sanfrecce Hiroshima, opinó sobre la evidente jerarquía de uno de los integrantes del plantel de Gallardo. "No se vio el juego que todos esperábamos. En el segundo tiempo, cambió con Lucho González", cerró.
Lucas Ajuria
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