Anoche, Sánchez, Mora, Mayada y Viudez compartieron minutos en el campo de juego. Lo increíble es que hace 29 años, en la anteúltima consagración, también hubo cuatro uruguayos en el plantel.
Numerosos nombres han pasado gloriosamente por esta institución, varios de ellos nacidos en otras tierras pero conocidos mundialmente en Nuñez. Francescoli, sin dudas, el abanderado de todos ellos, como el ídolo más grande surgido en el extranjero.
Sin embargo, un factor enorme a destacar de Gallardo es su capacidad para poner el ojo en un jugador exacto y solicitárselo a la dirigencia. Ni bien llegó, recuperó a Sánchez y a Mora, dos hombres que se habían ido a préstamo por la puerta de atrás.
A principio de año, sedujo a Mayada y lo conquistó asombrosamente, luego de que el ex Danubio estuviera entre Racing y Fluminense. De imprevisto, aterrizó en Argentina y se dirigió rumbo al “Monumental”. En ese mismo mercado, clamó por el fichaje de Tabaré Viudez, una de las joyas de la abuela, sin lugar en el Kasimpasa. Al fin y al cabo, se pudo sumar hace pocos días tras desligarse contractualmente de los turcos y esperar por la polémica salida de Teo y llegada del TMS.
En el empate con Guaraní, los cuatro charrúas estuvieron brevemente en cancha, hasta que Mora salió a los 72 minutos, reemplazado por Fernando Cavenaghi. Entonces, River consiguió la clasificación a la final de la misma manera que en 1986, es decir, con ¡4 uruguayos en el equipo!
Ellos fueron el central Nelson “Tano” Gutiérrez, los volantes Mario Saralegui y Rubens Navarro, y el delantero Antonio Alzamendi. En ese momento, con un póker oriental, “El Más Grande” se coronó dueño de la Copa al vencer por un global de 3 a 1 a América de Cali.
A 180 minutos de la gloria, se presentó la oportunidad de repetir la historia con la misma cantidad de oriundos del otro lado del charco. Ojalá los imiten.
Lucas Ajuria
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