
Hace horas, Javier Pedro Saviola Fernández llegó a la Argentina junto a su familia. La idea del delantero es firmar con River y ponerse a entrenar cuanto antes. Nuestros corazones, víctimas de un éxtasis emocional.
Primero fue Pablo César y ahora le tocó el turno a él, el compinche del Payaso, el socio ideal en esas gambetas de película, el camarada de tantas goleadas logradas. Tras encontrarse con Gallardo en Francia, el Conejo aterrizó en nuestro país para no irse más. Ni bien pisó suelo argentino, visitó el club de sus amores, de sus inicios, el glorioso Parque Chas. Cabe mencionar que adquirió una propiedad en el barrio de Belgrano, para estar bien cerca del aroma que irradia el Monumental. Ansioso como un nene, quiere volver a sentir la ovación de la hinchada con la banda impregnada en su pecho.
La primera charla con el Muñeco fue realmente satisfactoria, se pusieron de acuerdo y ambos aceptaron las condiciones impuestas. En lo que respecta a ritmo futbolístico y estado físico, el delantero se encuentra en una perfecta performance, aunque el técnico le exigió que para estar a tono con las ambiciones del próximo semestre, deberá mejorar.
Ya tuvo un contacto con Aimar para palpitar cómo serán las jugadas que inventarán, los pase-gol que se darán y el goce que significará volver, juntos, a casa. Aún resta otra conversación con Gallardo, en la que ahondarán en detalles las pautas de trabajo y los objetivos en los decisivos seis meses que atravesará el plantel.
Desde ya, Saviola confirmó a sus allegados que no piensa en volver a subirse a un avión. Está empecinado con sentir el caluroso abrigo del Manto Sagrado y, de una vez por todas, que las tribunas se rompan las manos mientras corean su nombre. Hogar, dulce hogar.
Lucas Ajuria
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