
El peor resultado, lo que menos queríamos para visitar Brasil la semana próxima. River no pudo mantener ese juego vertiginoso que había tenido frente a Boca y se llevó una inesperada derrota por 1 a 0, en casa, a manos del siempre complicado Cruzeiro. El equipo solo jugó bien en ciertos pasajes del encuentro pero nunca logró la profundidad necesaria para dar cuenta del conjunto brasileño. El miércoles venidero se jugará el partido de vuelta el cual no será imposible pero sí muy difícil. No es un belo horizonte.
Existieron miles de especulaciones sobre como jugaría River si se tenía en cuenta el estado mental de algunos jugadores producto de lo ocurrido en “La Bombonera”. El equipo que dirige Marcelo Gallardo no fue menos que el elenco visitante, pero aun así cuando todo hacía pensar que se venía el empate sin goles, apareció Marquinhos y quebró esa igualdad cuando quedaban pocos minutos para concluir el choque. Todo lo creado siempre terminó en las manos del arquero Fabio o fuera del terreno de juego. A buscar la clasificación en tierra brasileña, no hay otra.
Un primer tiempo inconcluso ya que el “Millonario” manejaba el balón pero era el rival el que llegaba con peligro al arco defendido por Marcelo Barovero y en varias oportunidades. Primero y de arranque nomás lo perdía Manoel de frente al arco tras un tiro libre. Luedo era Damiao quien malograba su chance mano a mano con Barovero. Y los de Núñez iban, pero no podían ni con Teófilo Gutiérrez ni con Carlos Sánchez en apariciones en el área. Todo muy sacrificado, muy jugado en ataque y esto descuidaba de alguna manera la defensa. Un línea de fondo en la que Emanuel Mammana era el mejor y tiraba lujo sobre el sector derecho: muy buen trabajo del pibe que le respondió con creces a Gallardo toda esa confianza depositada. Al descanso en la cálida noche del Estadio Monumental.
Segundos 45 minutos en acción. Error de River en cederle protagonismo y pelota a Cruzeiro que poco a poco se adelantaba más en la cancha. Los locales no tenían ya ese poco juego que habían mostrado en la etapa inicial y por eso Gallardo mandaba a la cancha a Camilo Mayada y a Leonardo Pisculichi en reemplazo de Leonardo Ponzio y de Gonzalo Martínez respectivamente, aunque ni ellos dos ni el ingreso de Fernando Cavenaghi pudieron quebrar la resistencia del guardameta Fabio. Hasta que llegó lo inesperado, el baldazo de agua helada. El saque de costado llegó hasta el área y tras un rechazo al medio y un cabezazo inoportuno de Ramiro Funes Mori, la pelota le quedó servida a Marquinhos para que tocara suave por lo bajo a los 36 minutos. Mal lo de Gallardo que dejó en cancha a Gutiérrez y sacó de la misma a Rodrigo Mora que había hecho muchísimo más esfuerzo que el colombiano intrascendente. Se perdió, pero el miércoles, en Brasil, hay revancha.
A pensar en Tigre. A focalizar el cerebro en el campeonato local en el cual River no le debe perder pisada al puntero. Encuentro difícil el que se aproxima y será en Victoria el domingo venidero desde las 21.30. Gallardo sabe que el principal objetivo es la Copa Libertadores pero no por ello debe descuidar el torneo doméstico. Es River y siempre se piensa en ganar todo lo que se juegue. Gran oportunidad seguramente para algunos futbolistas que habitualmente no juegan o no tienen la chance de formar parte del banco de relevos y quizás, con una buena actuación, tengan la posibilidad de jugar algunos minutos en Brasil en donde River buscará el pase a semifinales del certamen más importante del continente.
Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08
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