
Hace ocho partidos que River no cae con este árbitro, el mismo que dirigirá el próximo jueves por la ida de la Copa Libertadores. La última caída, un Superclásico.
Señalarlo con el dedo no es lo adecuado ni para él ni para ninguno, más allá de las equivocaciones que pueda tener. Y sí, es humano, se puede equivocar, como también lo hace un delantero debajo del arco o un defensor cuando debe despejar y la jugada no conlleva peligro alguno. Quizás a Germán lo traicionaron los “cruces” que tuvo con Ramón Díaz, ídolo intocable en el corazón del hincha. Lo expulsó dos veces e inevitablemente, creó una suerte de enemistad con los fanáticos. No va más allá de eso.
Sin embargo, lejos de suspicacias y favoritismos exitistas, a River no le fue tan mal con Delfino como juez. De 20 partidos que portó el silbato, el Millonario ganó ocho, empató nueve y perdió sólo tres. Es decir, 40% de victorias, 45 de pardas y el resto de tristezas.
Debutó con La Banda en 2011, en el 2-2 contra Defensa y Justicia (Cavenaghi y Funes Mori); y en ese mismo torneo le tocó estar en el 0-0 ante Instituto, en Córdoba. El siguiente semestre lo volvió a ubicar en otro capítulo del Millonario por regresar a su lugar, esta vez fue triunfo 3-0 a Independiente Rivadavia (Cavenaghi, Chori Domínguez y Trezeguet). Su última presencia en un compromiso en esa división fue empate en cero contra Rosario Central.
En el regreso, El Más Grande cayó de local contra Belgrano por 2 a 1. Descontó Lanzini de tiro libre. En ese Torneo Inicial 2012, San Lorenzo visitó El Monumental y se llevó una mezquina igualdad sin goles. Fechas después, Atlético de Rafaela recibió al equipo de Almeyda y fue una parda sin festejos. A una fecha del cierre, Mora le arruinó el campeonato a Lanús.
En el estreno en el Final 2013, fue alegría para Ramón, que ya había vuelto al banco de suplentes. Goles de Vangioni y el “Chino” Luna para imponerse 2-1 a Belgrano en el Barrio Alberdi. Tres domingos más tarde, el Millo cayó 2 a 0 en el Nuevo Gasómetro. En el entretiempo, llegó la primera expulsión a Ramón por demorar el inicio de la segunda mitad. Ocho fechas después, primer Superclásico de Delfino. Fue 1-1 en La Boca, con gol (el más rápido del historial) de Lanzini. De yapa, el riojano vio la roja por protestar. En la 19º fecha, fue despedida 3-1 (Vangioni, Sánchez e Iturbe) a San Martín de San Juan, condenado a irse al descenso.
He aquí la última derrota de River con Delfino al mando. Un Superclásico que finalizó 1-0, con tanto de Gigliotti. A ello le siguieron sendos empates frente a Vélez y Quilmes por 0 a 0 y 1 a 1 (Carbonero), respectivamente.
En el Final 2014, sólo fue el pito en el 0-0 contra Estudiantes; mientras que en el Torneo Transición presenció la cátedra de fútbol en cancha del Ciclón. Fue 3-1 (Pisculichi, Teo y Boyé) y fútbol champagne.
Ahora, quizás el más recordado, noche emblemática e histórica. Cobró un penal a los pocos segundos de juego, tiro que Barovero le contuvo a Gigliotti, para que Pisculichi elimine a Boca de la Sudamericana. En la vuelta de la Recopa, gol de Sánchez y otro título a las vitrinas.
El más reciente data de la visita a Belgrano, que culminó 2 a 1 gracias a Mora, en dos oportunidades. En síntesis, hace ocho partidos que River no besa la lona bajo la autoridad de Germán Delfino, una cifra interesante que ahoga los rumores del pasado.
Lucas Ajuria
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