Sea por el poco recambio o la confianza depositada en él, contó con oportunidades de sobra. Sin embargo, su flojo nivel lo llevó a ser resistido por la gente. Aún en esa situación, Gallardo lo bancó y Augusto parece haber agarrado, de una vez por todas, la confianza necesaria para rendir. Por lo menos eso demostró en su charla con Olé. "River tiene muchos jugadores. El año pasado me tocó estar casi siempre y hoy en día no tanto, pero aprendí que no hay que bajar los brazos, seguir entrenándose y generarle la duda al técnico. Y hay que aprovechar cuando te dan un lugar", tiró.
Sobre su desenvolvimiento en el campo de juego, prefirió no optar por un puesto fijo. "Hoy creo que ya no tengo un gusto particular. Antes, si me preguntaban, yo decía que quería jugar de volante, pero he superado esa barrera y me gusta hacerlo en cualquier posición, con la mayor responsabilidad y eficacia en cualquiera de las tres posiciones, siempre mejorando cosas", expuso.
Sus competidores fueron claves en el destape de Solari, ya que sirvieron de ejemplo para que él los tomara de referencia. "Desde su vuelta, Carlos (Sánchez) ha mejorado muchísimo: hoy llega mucho al área rival y convierte un montón de goles. Eso es meritorio de su parte, así que trato de imitar esas cosas. Camilo (Mayada) tiene más sacrificio en el ida y vuelta, la verdad que es terrible lo que corre. También lo miro para aprender", soltó.
La suerte de River en la Libertadores pende de un hilo debido a que el sorpresivo arranque lo colocó en una situación delicada. "Se generó un clima especial, porque nadie esperaba que se nos hiciera tan complicado el camino en esta Copa, pero las presiones acá están siempre. Eso es River, en definitiva", cerró.
Lucas Ajuria
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