Por Copas internacionales, hace siete partidos que los delanteros no logran convertir. Una alarma que hace rato está prendida en River y que puede costar caro si no se revierte a la brevedad.
Los delanteros están para convertir goles. Ese es su rol principal. Pueden tener una seguidilla sin poder embocarle al arco, pero su esa racha involucra a todos los hombres de punta y no se revierte con el paso de los partidos, hay un problema.
La cuestión es que el Millonario, que viene de ganar la Copa TOTAL Sudamericana y la Recopa, está sufriendo la sequía de los atacantes, al punto que la última vez que uno de ellos convirtió en el marco de un certamen internacional fue Leonardo Pisculichi el 3 de diciembre pasado, en el empate 1-1 ante Atlético Nacional en Medellín, la ida de las finales de la Sudamericana.
Luego del tanto de Piscu, llegó la vuelta ante el Verde en el Monumental y fue 2-0, con goles de los defensores Gabriel Mercado y Germán Pezzella, luego la serie de la Recopa ante San Lorenzo cuyo goleador fue el volante Carlos Sánchez (los dos partidos 1-0 y ambos con goles del uruguayo). Ya en la edición de la Libertadores 2015, marcó de nuevo Sánchez (1-1 ante Tigres en casa), luego Eder Álvarez Balanta (en el 1-1 ante Juan Aurich en Chiclayo) y el empate de anoche en Núñez ante el equipo peruano, con el grito de Mercado.
En el campeonato local los números de los delanteros son más potables, con cuatro goles de Rogrigo Mora, tres de Teo Gutiérrez, dos de Fernando Cavenaghi y uno de Sebastián Driussi. Sin embargo, en la Copa, el anhelo de todos, hay una anemia ofensiva que claramente se dio ayer, en ese partido increíble que el mundo River sigue lamentando.
Nicolás Diz
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