
River por fin pudo dejar a Boca con las ganas y clasificó a la final de la Copa Sudamericana, en un equipo combativo que generó juego cuando había que hacerlo y que jugó el Superclásico a la altura.
Marcelo Barovero (9): la figura del equipo, al atajarle el penal a Gigliotti, cuando el reloj apenas marcaba tres minutos. Luego, le tapó otro mano a mano al Puma y estuvo firmísimo en los centros. Voz e mando de capitán, que acalló las críticas sobre sus últimas presentaciones.
Gabriel Mercado (6): por momentos perdió la espalda con Jonathan Calleri, pero en el balance general aguantó siempre y pasó al ataque. Incansable labor del chubutense, que fue amonestado por protestar en la jugada del penal.
Germán Pezzella (6): tuvo altibajos en el primer tiempo, pero después se repuso a puro rechazo, cuando Boca se venía por el empate. No e extrañó a Maidana.
Ramiro Funes Mori (6): un partido con altibajos del Mellizo, como perder la marca de Gigliotti en la jugada del cabezazo en el área chica (no fue gol de milagro) y rechazos a media altura, pero al igual que su compañero de zaga sacó todo y no dejó pasar camisetas azules y amarillas al área de Trapito.
Leonel Vangioni (7): al igual que en la ida, puso pierna fuerte y eso pudo haberlo condicionado. Sin embargo, Piri fue el más firme de la defensa, ofreciéndose como salida limpia. Genial asistencia a Piscu en el gol, aunque intentó rematar al arco.
Carlos Sánchez (6): Desaparecido en los primeros 45 minutos, en el complemento se vio lo mejor del Negro, con su despliegue habitual. Tuvo dos chances nítidas de liquidar la serie, pero no estuvo fino.
Leonardo Ponzio (7): errático en ocasiones y jugando al límite (cometió varias faltas con la amarilla puesta), pero fue un león en mitad de cancha, poniendo en riesgo el físico para disputar cada pelota. Participó en la jugada del gol.
Ariel Rojas (5): infantil error a los 15 segundos en cometer esa falta a Meli innecesaria y que pudo complicar la eliminatoria. Tuvo buenas y malas, apareciendo a cuentagotas y sin peso en la ofensiva.
Leonardo Pisculichi (7): no fue conductor ni gravitó con la pelota parada, pero estuvo ahí cuando más se necesito, al capitalizar el pase de Vangioni y definir de zurda y de primera para llevar a River a la final. Se lo notó cansado, luchó siempre.
Teófilo Gutiérrez (7): en lo suyo, contó con un mano a mano que definió cruzado al cuerpo de Orion. No obstante, el colombiano se destacó en el aspecto anímico del equipo, defendiendo la pelota, descargando con inteligencia y provocando el fastidio de los jugadores rivales. Hizo echar al Cata Díaz y consumir los minutos finales.
Rodrigo Mora (5): intrascendente en el juego y no incomodó a los defensores xeneizes. Sus antecedentes contra Boca no influyeron. Se rescata su actitud para desmarcarse e intenetar buscar espacios.
Augusto Solari (6): entró por Pisculichi. Aportó frescura y encabezó contragolpes.
Fernando Cavenaghi (-): ingresó por Mora y casi no entró en acción, a pesar que tuvo una ocasión, que remató muy desviado. Sumó minutos.
Marcelo Gallardo (8): luego de vivir una semana muy dura en lo personal, sus jugadores le dedicaron el pasaporte a la final de la Copa Sudamericana. Planteó la serie con inteligencia y puso a su mejor equipo en cancha (tras darle una semana de descanso a varios de los titulares) y su elenco respondió, aunque sin poder definirlo antes. Se vienen cuatro partidos entre torneo y Copa, claves para cerrar un 2014 inolvidable.
Nicolás Diz
@diz_nico
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