Desde La Rioja a Núñez, a grito PELADO, solo CAVE la palabra: GRACIAS. Un MERCADO de goles para que el festejo no se termine nunca. Se gritó hasta en LEDESMA, en la provincia de Jujuy donde nació un tal Ariel Ortega, protagonista del último título en Primera, allá por el 2008. Se gritó en todo el mundo donde había un hincha de River. TEOlvidaste de la mufa, “Millonario”, te sacaste un gran peso de encima, dejaste atrás años nefastos con presidentes paupérrimos. Hoy, diste una lección de fútbol, jugaste, tocaste, fuiste preciso, hiciste goles de todos los colores. Por eso todos lo gritaron, todos lo vivieron, todos lo disfrutaron. Si todavía no lo hiciste: ¡¡¡Grita 35!!! River es el nuevo campeón del Fútbol Argentino.
Merecido, oportuno, en el momento justo. No hay felicidad máxima en el fútbol mundial que salir campeón, que ser el mejor de todos, el más regular, el más capaz en los 90 minutos. A este River solo le bastó con ganar dos encuentros en condición de visitante y uno de ellos nada más ni nada menos que frente a Boca después de 10 años de sequía en La “Bombonera”. Pero la fortaleza estuvo en el Antonio Vespucio Liberti, en el majestuoso Estadio “Monumental” en donde en cada compromiso (excepto versus Godoy Cruz) el club de Núñez logró una efectividad tremenda que solo puede tener un equipo que aspira a cosas importantes. Y en este cotejo frente a Quilmes hizo uso de la opción más importante: GANAR, y lo hizo por goleada, lo hizo porque su gente lo merecía, por esos años de malaria futbolística y política y lo hizo, sobre todo, para demostrar que sigue siendo EL MÁS GRANDE.
El reloj marcaba las 17.30 de un domingo nublado, en el cual el sol aparecía de a ratos. No cabía un alfiler dentro del Liberti. La gente de River copó la cancha de manera masiva y prolongó su fiesta hasta tarde. Y empezó a rodar la pelota, esa pelota que durante 90 minutos le perteneció solo al local. Quilmes vino a hacer un negocio que nunca encontró y a 10 minutos de haber arrancado ya sufría la apertura del marcador. El centro de Leonel Vangioni desde la izquierda encontró la cabeza de Carlos Carbonero quien la empujaba hacia la red, pero apareció el arquero “Cervecero” y evitó tan solo por una milésima de segundos lo que parecía gol. Y allí estaba el olfato goleador, el 9 de área, el “Torito”. Fernando Cavenaghi se hizo dueño del rebote y la mandó a guardar para el delirio del pueblo riverplatense.
La idea de marcar un gol tempranero se plasmaba y ya era historia. River se llevaba por delante a su rival y le complicaba la salida. A fuerza de empuje, de precisión y de robo de pelotas, el equipo que dirige Ramón Díaz demostraba que quería ser campeón. Pasaron, oh casualidad, 14 minutos para que llegara el segundo tanto de la tarde. El Torneo Final 2014 de a poco tenía su dueño, y salía de Núñez. El tiro de esquina también salió de este barrio porteño, más precisamente desde el sector que une las plateas San Martín Baja con la Sívori Baja del “Monumental”. La peinó Jonathan Maidana y la aseguró de palomita Gabriel Mercado. Que semana para el arcángel de River, dos goles claves y citado a la lista de 30 jugadores de la Selección Argentina.
El conjunto del “Pelado” se floreaba, quería más pero el primer tiempo solo le iba a permitir dos conquistas. Lo mejor estaba por venir, porque en el complemento se vivió una fiesta a pedir del paladar del hincha. Juego asociado, toques de primera, caños, lujos, cabeza levantada y los continuos “ole…ole…ole” de todo el estadio. La historia de este club siempre ha sido así, siempre se ha caracterizado por jugadores de buen pie, de referentes, de ídolos. Y en cada equipo tiene que haber al menos un futbolista de experiencia, por el cual la gente brinde un cariño especial. Hoy por hoy, ese hombre se llama Cristian y su apellido es Ledesma. Si faltaba algo que se le pidiera al “Lobo” era un gol y vaya si cumplió. Faltaban segundos para llegar al minuto 18, y este Señor del Fútbol sacó un soberbio y furibundo remate desde 35 metros para “colgarla” en el ángulo superior izquierdo del arquero Walter Benítez. Emociones por doquier, abrazo sostenido de sus compañeros, llantos en toda la cancha y hasta Marcelo Barovero se acoplaba al saludo hacia Ledesma, que volvía a ocupar su posición cargado de lágrimas.
Fiesta era poco, las sensaciones aparecían todas juntas. Se cantaba, se alentaba, se gritaba hasta que la garganta no diera más. Los goles adornaban un partido en el que solamente lo jugaba River, ya que su rival le hizo el honor a Barovero de que no ensuciara su ropa. Y llegó el cuarto. Cavenaghi la recuperó en mitad de cancha y tocó para Carbonero. Éste descargó para Teófilo Gutiérrez que con especial delicadeza esperó que el 9 pisara el área para soltar el pase. “Cavegol” la acarició por lo bajo y “PARA LOS QUE HABLAN PELOTUDECES” (tal cual él lo afirmó) festejó su gol sacándose la camiseta y mostrando un físico realmente acorde a un futbolista de club grande. Todo sucedió a los 25 minutos, pero aún faltaba más. En el banco de suplentes, mientras todos se preparaban poniéndose la casaca con el número 35, en el campo de juego, la última contra finalizó con el quinto gol. La condujo Manuel Lanzini, de excelente encuentro, y con un pase en cortada, se la dejó servida a Gutiérrez que sólo la acompañó hacia la red cuando se jugaban 44 minutos. Stop. Basta para todos hasta para el propio Quilmes que dirige Ricardo Caruso Lombardi. Llegó el pitazo final de Silvio Trucco y RIVER SE TRANSFORMÓ EN EL CAMPEÓN.
Dicen que el que gana es el mejor. River fue el más regular en condición de local y triunfó en partidos claves, de hecho, consiguió las victorias y los empates necesarios para alcanzar los 37 puntos, secundado por Boca que llegó a las 32 unidades. Nuevo título para el Director Técnico más grande de la historia riverplatense. Este grupo se merecía esta alegría. La gente del “Millonario” necesitaba como agua gritar campeón. Ya está, se cumplió con el objetivo, el semestre es lo mejor que ha pasado en años. Con R de River, con R de Ramón. Con C de Campeón, con C de Cavenaghi. Con L de Legítimo, con L de Ledesma, solo por citar a los referentes. El equipo entero hizo todo, absolutamente todo, para que desde hoy, y por mucho tiempo, más de medio país diga que 35 SON MEJORES… ¡¡¡SALUD, CAMPEÓN!!!
Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08
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