El prólogo del partido, en un marco espectacular en el Monumental, mostró a River como dueño de la pelota, con mucha presión de los volantes y juego por las bandas, mientras Lanús, desgastado por la doble competencia, apostaba a la contra.
La primera ocasión fue para el local, por medio de un tiro libre en la puerta del área. Lo ejecutó Fernando Cavenaghi, rebotó en la barrera, y en la segunda jugada nuevamente disparó el
Torito, a las manos de Agustín Marchesín.
En la réplica, avisó Lanús. A los 7´, en una jugada clarísima que nació en un gran desborde de Lautaro Acosta, se la cedió a Diego González y el Pulpo, mano a mano, superó a Barovero y lo tuvo dos veces: primero bloqueó Ariel Rojas y en el rebote salvó Jonatan Maidana, en la línea.
Con el correr del partido, empezó a dominar el Granate, disponiendo de varias pelotas paradas a su favor, bien plantado y prolijo en el campo de juego y el Millo, replegado, sin poder avanzar ni hilvanar jugadas en ataque.
Promediando la primera etapa, seguía mejor parado el visitante, invulnerable en defensa, ganando el mediocampo. River solo disponía de chispazos de Carlos Carbonero y Daniel Villalva, pero no mucho más: mucha imprecisión e imprudencia.
Y a los 34´, cuando nada pasaba en el partido, pelotazo de Gabriel Mercado para el Keko, que en una jugada memorable entró al área, eludió a dos defensores con un sombrero, y con clase (y caño incluído) se la cedió a Cavenaghi, que como todo 9 de Ley no tuvo más que empujarla al fondo de la red y abrir el marcador. Gol de River, que encontró un oasis en el desierto.
A partir de entonces, el dueño de casa empezó a tomar más confianza, teniendo más la pelota, con más tranquilidad, de todos modos el partido se volvió trabado, sin dominador claro.
Y a los 34´, cuando nada pasaba en el partido, pelotazo de Gabriel Mercado para el Keko, que en una jugada memorable entró al área, eludió a dos defensores con un sombrero, y con clase (y caño incluído) se la cedió a Cavenaghi, que como todo 9 de Ley no tuvo más que empujarla al fondo de la red y abrir el marcador. Gol de River, que encontró un oasis en el desierto.
A partir de entonces, el dueño de casa empezó a tomar más confianza, teniendo más la pelota, con más tranquilidad, de todos modos el partido se volvió trabado, sin dominador claro.
En la última, lo tuvo Nicolás Pasquini, que definió incómodo en el corazón del área y tapó sin dificultades Barovero.
Ya en la segunda etapa, River continuó atacando, en la búsqueda de cerrar el encuentro lo antes posible. El trámite continuaba siendo de ida y vuelto, entretenido.
Sin embargo, a los 4´ ST, una oportunidad inigualable tuvo Acosta, luego de una desconcentración de la defensa Millonaria: la robó Ismael Blanco, centro para el Laucha, que absolutamente solo en el área chica levantó el pie derecho y su toque estrelló el travesaño. Trapito estaba en la línea del arco, pensando que el centro se iba afuera.
Avisó River con Manu Lanzini a los 11´del complemento, luego de una buena acción de Rojas, pase a Cavenaghi, que abrió para el 10, que sacó un zurdazo que el guardameta Granate sacó al córner. Al minuto, el Torito tuvo en sus pies su segundo tanto, en pleno desconcierto de Lanús, pero el 9 elevó su remate arriba del travesaño. El Millonario avanzaba.
Guillermo Barros Schelotto puso en cancha a Santiago Silva (que le marcó siete goles al Millo, en diferentes clubes) no podía hallar espacios para lastimar a River que, con sus limitaciones en la marca, controlaba el duelo.
Lanús avanzaba y River se replegaba e iba de contra. Y así fue que a los 25´ ST, el Lobo Ledesma robó la pelota a Acosta, pelotazo para Lanzini, toque de Cavenaghi, el esférico quedó bollando en la puerta del área y ahí estaba Villalva, la figura del partido, que abrió el pie diestro y la clavó en el ángulo de Marchesín para poner las cosas 2-0 y desatar la algarabía en el Monumental.
Llegando a los 33 minutos del segundo tiempo, Lanzini hizo una jugada magistral, pero prefirió apostar por el remate al arco en vez de divisar a Carbonero, que estaba en mejor ubicación.
El visitante fue a buscar el descuento, en vano, con pocas ideas, y en las contas River tuvo innumerables ocasiones para marcar el tercer tanto, primero Lanzini, después Carbonero, pero no hubo caso y Mauro Vigliano pitó el final: 2-0 para River, que volvió al triunfo, tercer éxito al hilo en Núñez y 14 puntos en el Final, a cuatro de la punta, y oxígeno para Ramón Díaz, teniendo en cuenta que el próximo domingo se viene el Superclásico.
El domingo hay que ganar, la gente lo pidió y los jugadores lo saben.
Nicolás Diz
@diz_nico
Ya en la segunda etapa, River continuó atacando, en la búsqueda de cerrar el encuentro lo antes posible. El trámite continuaba siendo de ida y vuelto, entretenido.
Sin embargo, a los 4´ ST, una oportunidad inigualable tuvo Acosta, luego de una desconcentración de la defensa Millonaria: la robó Ismael Blanco, centro para el Laucha, que absolutamente solo en el área chica levantó el pie derecho y su toque estrelló el travesaño. Trapito estaba en la línea del arco, pensando que el centro se iba afuera.
Avisó River con Manu Lanzini a los 11´del complemento, luego de una buena acción de Rojas, pase a Cavenaghi, que abrió para el 10, que sacó un zurdazo que el guardameta Granate sacó al córner. Al minuto, el Torito tuvo en sus pies su segundo tanto, en pleno desconcierto de Lanús, pero el 9 elevó su remate arriba del travesaño. El Millonario avanzaba.
Guillermo Barros Schelotto puso en cancha a Santiago Silva (que le marcó siete goles al Millo, en diferentes clubes) no podía hallar espacios para lastimar a River que, con sus limitaciones en la marca, controlaba el duelo.
Lanús avanzaba y River se replegaba e iba de contra. Y así fue que a los 25´ ST, el Lobo Ledesma robó la pelota a Acosta, pelotazo para Lanzini, toque de Cavenaghi, el esférico quedó bollando en la puerta del área y ahí estaba Villalva, la figura del partido, que abrió el pie diestro y la clavó en el ángulo de Marchesín para poner las cosas 2-0 y desatar la algarabía en el Monumental.
Llegando a los 33 minutos del segundo tiempo, Lanzini hizo una jugada magistral, pero prefirió apostar por el remate al arco en vez de divisar a Carbonero, que estaba en mejor ubicación.
El visitante fue a buscar el descuento, en vano, con pocas ideas, y en las contas River tuvo innumerables ocasiones para marcar el tercer tanto, primero Lanzini, después Carbonero, pero no hubo caso y Mauro Vigliano pitó el final: 2-0 para River, que volvió al triunfo, tercer éxito al hilo en Núñez y 14 puntos en el Final, a cuatro de la punta, y oxígeno para Ramón Díaz, teniendo en cuenta que el próximo domingo se viene el Superclásico.
El domingo hay que ganar, la gente lo pidió y los jugadores lo saben.
Nicolás Diz
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