Si se tuviera que analizar primero el final y luego el principio seguramente el cien por ciento del público no veía la hora de que Pablo Lunati diera el pitazo para el desahogo, para abrochar los primeros tres puntos. Es que la mínima diferencia lograda cuando la etapa inicial llegaba a su fin parecía no alcanzarle a River para retirarse victorioso del Estadio “Monumental”, pero luego de que los “uuuhhh” por parte de todos los hinchas fueran una constante en todo el complemento debido a las situaciones de gol malogradas, llegó el punto final al partido. Victoria, con los “lobos” en la garganta.
La idea del comienzo se hizo presente, se plasmó como se pretendía. Ganar en casa era primordial para que la cabeza de este nuevo River funcione correctamente. Es un semestre de prueba, un campeonato en el que el “Millonario” tiene la obligación de ser campeón no solo por su historia, por su nombre, sino por la sequía de 6 años sin lograr el certamen local. La última vez data del 8 de junio de 2008 en aquel recordado River 2 vs Olimpo 1 con los goles de Diego Buonanotte. Este Torneo Final será la prueba de fuego que tendrá el equipo que dirige Ramón Díaz. No habrá que quemarse.
La espera llegaba a su fin. Se sabía de antemano que los de Núñez no la iban a tener fácil puesto que el conjunto que comanda Pedro Troglio cuenta con buen manejo de pelota, mucha presión en el mediocampo y un ordenamiento de todas sus líneas difícil de romper. De hecho el único gol se logró cuando el primer tiempo llegaba a su fin. River, con paciencia y sin desesperarse, buscaba “quebrar” al rival de manera temprana, pero no podía establecer en el arco de Fernando Monetti todo aquello que producía del medio hacia adelante. Gran trabajo defensivo del elenco platense que no permitía que el local sacara ventaja. Y sorpresivamente llegó lo que estaba al caer: el gol. Leonardo Ponzio encaró, vio ese pequeño hueco que quedaba entre el palo derecho y el arquero del “Lobo” y sacó un remate que quizás pudo parecer inesperado ya que el mismo guardameta de la visita no tuvo reacción alguna ante el disparo del mediocampista. 44 minutos de juego y salir a disputar el complemento con la ventaja, tenía otro sabor.
Y esa segunda etapa obligaba a River a aumentar el marcador. Lo buscó en un sinfín de oportunidades, pero no lo consiguió. Fernando Cavenaghi tuvo varias chances incluso una que dio en el poste, Manuel Lanzini contó con algunas ocasiones, hasta de rabona, pero tampoco pudo. Los únicos que se desesperaban eran los hinchas, impacientes porque el segundo gol no llegaba y temían ante un posible empate “Tripero”. Aun así, créame que Marcelo Barovero no tocó el balón en casi todo el segundo tiempo, pero ese temor lógico ante tantas situaciones desperdiciadas le correspondía a más de uno. Le ganó bien, con un Matías Kranevitter que cada día está mejor, con un Jonathan Maidana (la figura) que protagonizó un trabajo impecable y con buenos aportes de la mayoría de los compañeros. Primer paso correcto, quedan 18 más.
Alexis Fuma
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