
Históricamente, desde las tribunas, entregan lo mejor que tiene el folcklore del fútbol. Cada estadio que los recibe se encarga de sumarle desde fuegos artificiales hasta papelitos que luego serán interminables para juntar. Los gritos y cánticos de un lado y del otro son infaltables y en esta ocasión las banderas, o “banderitas”, se llevaron una atención especial. Es que desde la organización del Superclásico que se disputó en el Estadio Mario Alberto Kempes de la hermosa ciudad de Córdoba, antes de ingresar a las ubicaciones, se les entregaron a los hinchas de ambas parcialidades unas banderitas identificativas con sus colores correspondientes y más de 40 mil personas lograron sostenerlas por el lapso de 5 minutos. De esta manera, lograron un récord Guinness. Aplausos para todos los que cooperaron y quedaron en la historia.
Ahora sí, a hablar de fútbol. Realmente fue sorprendente la eficacia y la contundencia con las que contó River a lo largo del encuentro. Y hablamos de la “sorpresa” porque si se tiene en cuenta lo visto en Mar del Plata, se puede pensar que el equipo que dirige Ramón Díaz recuperó la memoria. Impecable fue el trabajo en todas las líneas. Estaban atentos, precisos, pensantes. Este es el River que quiere la gente, más si enfrente está Boca. Apenas comenzado el partido, Leonardo Ponzio remató desde afuera del área e increíblemente mostró el nivel que alguna vez tuvo, ya que venía de actuaciones muy pobres. El “Xeneize” no había recibido el primer cachetazo y ya estaba mareado puesto que su rival le manejaba el partido a su antojo. Si bien en el primer gol sucedió algo pocas veces visto (hubo dos laterales al mismo tiempo), el “Millonario” era profundo y buscaba lastimar al conjunto que dirige Carlos Bianchi de cualquier manera. Llegó desde uno de esos dos laterales, el que recibió Teófilo Gutiérrez, y tras la falla de Joel Rodríguez, el colombiano soltó el pase para la llegada solitaria de Manuel Lanzini quien sólo la empujó y a festejar con bailecito incluido. Todo pasaba a los 6 minutos. Sí, sólo 6 y “La Banda” ya sacaba la primera ventaja. Era justo por más poco tiempo que había pasado ya que River manejaba los hilos del cotejo como quería.
Desde ese momento, hasta la segunda conquista, los de Núñez aprovecharon todo ya que Boca era una máquina de cometer errores tanto defensivos como ofensivos. Amén de esto, todo funcionaba bien en el elenco que comanda Díaz. Eder Álvarez Balanta fue fenomenal, Gabriel Mercado y su garra, la precisión de Jonathan Maidana, Ponzio que mostraba su verdadero nivel, la cooperación de Matías Kranevitter, el gran despliegue (como nunca) de Carlos Carbonero, las habilidades de Leonel Vangioni, el manejo de Lanzini y lo atentos que estaban Gutiérrez y Juan Carlos Menseguéz, conformaban un River que daba gusto mirar. Y fue el mismo “Rayo” quien a los 41 se encargó de doblegar la ventaja. Controló el balón con su pie izquierdo y definió con categoría con su diestro. Acierto de Ramón que se decidió por él en lugar de Giovanni Simeone. Un primer tiempo acorde a lo que se quiere ver. ¿Boca? Desdibujado.
Así llegó el prolongado descanso puesto que en el entretiempo dos de las cuatro torres de iluminación se apagaron por unos minutos. Recuperada la energía, salieron a jugar el complemento y se vio lo que se preveía: un River que regulaba y buscaba aumentar la diferencia y un Boca que intentaba descontar, pero que no encontraba las formas. Todo era rojo y blanco, la fiesta y el partido. Se disfrutó a pleno y los hinchas coreaban a los jugadores. Aplausos para Marcelo Barovero quien otra vez demostró porque el grito de: “Para Trapito, la selección” no es un cántico más. Excelsa tapada con mano cambiada a un cabezazo que tenía destino de gol. Atento para los rechazos hasta con la cabeza. Gran atajada con el pie ante el disparo de un delantero de Boca. Monumental lo del 1, no vendría nada mal un lugar en Brasil 2014.
Felicidades para todo el pueblo “Millonario”, una alegría que durará todo el año, una muestra de fútbol ante el rival de toda la vida. “La Banda” tocó en Córdoba y ganó sin Fernando Cavenaghi, el flamante refuerzo, pero ello no indica que en Mendoza no tendrá su lugar. Todos sabemos que el 9 titular es él y seguramente hará la dupla con Gutiérrez, pero Ramón Díaz ya sabe que si mira para el banco tiene con que reemplazar al capitán. La apuesta por Menseguéz salió muy bien y todo River desdibujó a Boca de la cancha. Por una semana, al menos, las cargadas son riverplatenses y ellos, con la “boca” cerrada.
Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08
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