domingo, 19 de enero de 2014

NO CAVE EXCUSA



Generalmente, toda nota de opinión o comentario de algún partido siempre comienza por el principio, pero en esta ocasión arrancaremos por el final. Es que el encuentro más importante del mundo ya llegaba a su moment cúlmine y el jugador más esperado por todo el mundo River se hizo expulsar de tonta manera. Sí, Fernando Cavenaghi golpeó a Emmanuel Giglioti, recibió la tarjeta roja por parte del árbitro Germán Delfino (de flojísima actuación) y el debut, por ende, no fue el esperado. No CAVE excusa alguna.

Ahora bien, hablaremos de las cuestiones "futbolísticas" del primer Boca-River del verano. El encuentro prometía más de lo visto, pero hace mucho tiempo que los dos entregan poco y nada cada vez que se enfrentan. Es un dolor de ojos constante y una falta total de respeto hacia el público que hace miles de kilómetros con tal de verlos jugar. Sí, leyó bien, dice jugar, pero precisamente eso es lo que menos hicieron River y Boca.

El primer tiempo fue el que más momentos tuvo para contar. De entrada, Boca pegó primero gracias a un excelente tiro libre ejecutado por Juan Sánchez Miño. Corrían tan solo 19 minutos de partido y en dicha acción nada pudo hacer Marcelo Barovero quien apenas cacheteó el balón. De esta manera, Boca estaba en ventaja pero aún así no lograba plasmar en el campo de juego un poderío ofensivo que le permitiera aumentar en el marcador. Párrafo aparte se llevaba el juez Delfino quien claramente inclinaba las acciones a favor del "Xeneize" sin preocuparse en buscar la imparcialidad.

Los minutos pasaban y el "Millonario" no encontraba forma de lastimar a su rival, hasta que el minuto 41 fue el tope. La clásica jugada preparada a la salida de un córner fue efectiva. Luego de varios rebotes, la pelota le quedó servida a Jonathan Maidana, quien (¿con falta?) la empujó e igualó el resultado que terminaría siendo el del final. Y este 1 a 1 ya era más justo puesto que no existía supremacía de uno hacia el otro. No podía faltar una expulsión, en realidad otra más a la que ya contamos de Cavenaghi. La primera etapa culminaba y se iban los 22 al descanso, pero el defensor del equipo que dirige Carlos Bianchi, Daniel Díaz, le habló demás al árbitro y en consecuencia vio la tarjeta roja. Otra tontería de la cual ciertos profesionales no aprenden más.

Complemento en marcha. Desde el minuto inicial del mismo se pudo observar al conjunto que dirige Ramón Díaz con claras intenciones de conformarse con el empate. Desde el banco de suplentes se hizo todo para ganar, pero hace años que en River juegan futbolistas sin sangre, sin sed de triunfos, sin amor por la camiseta. Así no se puede.

El fastidio del riojano era contínuo, no daba tregua. Abría sus brazos constantemente como pidiéndoles a sus jugadores más atenciones, que salgan, que vayan hacia adelante. Todo River parecía conformarse con la igualdad. Muchos dirán que si entraba la de Cavenaghi, la de Carlos Carbonero o la chilena de Manuel Lanzini otra hubiese sido la historia, pero el conjunto de Núñez no iba hacia adelante y entre pelotazo y pelotazo, los hinchas suspiraban de bronca. Así se fue el primer super del año, el cual dejó un sabor feo para River que pudo ganarlo, pero que desechó 45 minutos en los que no supo como aprovechar la diferencia númerica con respecto al vecino. Se verán nuevamente las caras en 7 días en la Ciudad de Córdoba por la Copa BBVA Francés. A mejorar, es verano, pero enfrente están ellos.

Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08

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