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Terminó el primer superclásico del verano y quedó un sabor amargo a pesar de la igualdad. River se va con la sensación de haberse escapado una gran chance de quedarse con un partido donde jugó todo un tiempo con un jugador de más. Y sigue siendo incógnita cual es la idea del equipo.
Ramón intenta con una línea de tres en el fondo que en el primer tiempo sufrió mucho el desconocimiento del esquema y la poca velocidad de Maidana para jugar de líbero. Ledesma confirmó que su lugar es mejor ocupado por Kranevitter quién misteriosamente arrancó en el banco de suplentes a pesar de haber finalizado un 2013 como uno de los pocos que se salvaron en el semestre pasado.
El sabor amargo queda a pesar de que es un partido de verano, con complicaciones físicas por el momento de pretemporada que se juega. Sin embargo Lanzini no aparece cuando el equipo más lo necesita. Hoy River careció de criterio para trasladar el balón con peligro al arco de Orión y esa es la función de Manu. El equipo del Pelado termina tocando de forma intrascendente entre el doble cinco y los defensores. Muchas veces de forma peligrosa se sale del fondo, incluso hubo una jugada que casi termina en gol de Gago luego de un despeje de Funes Mori.
Es un primer partido para opacar un poco la ilusión de un nuevo año y el regreso de un ídolo como lo es Fernando Cavenaghi que se fue expulsado por primera vez en su carrera. River tendrá que trabajar mucho para aceitar este sistema que hoy no trajo un dolor de cabeza porque el empate sirve para seguir trabajando. Pero la revancha es dentro de una semana y, con necesidad de victorias, pero más urgente de un sistema y un funcionamiento de equipo acorde al protagonismo que exige ser El Más Grande.
Marcelo Andrés Guzmán
@marceloaimar
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