Cada vez peor. Sin respuestas. Sin actitud. Parece ser una realidad que se conoce de antemano: “va a jugar mal y va a perder”, es el comentario de un hincha por demás de afligido. Claramente que no es para nada agradable esperar cada partido para ver lo que se ve. Parece mentira haber ganado tan solo 4 partidos en lo que va del Torneo Inicial y es incomprensible que a la cancha sigan presentándose futbolistas que no se les mueve un pelo por ver al “Millonario” así.
Ni bien finalizó el encuentro frente a Racing, un periodista se acercó a Gabriel Mercado para que “explicara” lo que le pasa a River: “No es momento para hablar”, dijo el defensor. Entonces, ¿cuándo va a ser el momento? Después de haber pasado un año fatídico en la Primera “B” Nacional, esto es lo peor que le sucede al club de Núñez, se acostumbró a perder juegue con quien juegue. Las culpas tienen nombre y apellido pero la lista es interminable y no alcanza con decir “yo soy el responsable” como se lo puede escuchar a Ramón Díaz. Lo de River ya superó el ser un asco, ya se le puso cuanto adjetivo desfavorable haya y aun así, sigue amigado de la derrota.
La historia marca que el clásico más añejo del fútbol argentino lo tiene a River muy por encima de Racing. Casi siempre, en la previa de este cotejo, había una mínima chance de que los de Avellaneda ganaran pero en la actualidad la “Academia” se llevaba todas las de ganar ya que los de Núñez solo hacen acto de presencia en cada partido. Bruno Zuculini a los 13 minutos del primer tiempo de cabeza solo y en el área chica cacheteó al visitante y le propinó el aumento de su crisis. Encima todavía faltan dos partidos: el durísimo Argentinos de Ricardo Carusso Lombardi y Quilmes en el Estadio Centenario.
No debe ser muy necesario decir que River no hizo nada en campo albiceleste, o que Teófilo Gutiérrez tuvo chances pero no pudo meterla, o que la vuelta de Martín Aguirre no fue la esperada, o que los cambios no solucionan nada, etcétera, etcétera. River estiró el mal momento y perdió por la mínima diferencia ante un equipo que hasta hace poco no tenía ningún triunfo en el certamen. El equipo que dirige Reinaldo Merlo ganó sin discusiones, uno más que derrota al conjunto que comanda Díaz con claridad y de manera inobjetable.
La cara, se espera, que cambie a partir del 15 de diciembre cuando muchos se vayan y llegue gente nueva con ganas de que gane River en todo sentido. El club está a la miseria, no se descubre nada al decir esto. Valdrá muchísimo la pena que todos los socios que pueden votar se acerquen y elijan al representante de la institución por los próximos 4 años. Cualquiera que sea, la idea es que detrás de ese hombre presidente se esconda un hincha fanático de River y lo ponga de pie.
Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08
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