River cayó derrotado por 1 a 0 ante Newell´s en el Parque de la Independencia y se despidió definitivamente de la pelea por el título.
Víctor López marcó el único tanto de un partido que estuvo interrumpido más de veinte minutos por un corte de luz en el Estadio.
El resultado no tiene atenuantes e incluso analizando lo hecho por uno y otro equipo también podría decirse que quedó corto. El comienzo fue un calco del partido ante Lanús pero solo por un cuarto de hora. El juego de los rosarinos comenzó a imponerse lentamente a las fricciones y las asperezas y poco a poco fue creciendo hasta reducir a River a su mínima expresión.
Lo único que mantenía con vida a River era que toda la seguridad del juego de su rival se desvanecía a la hora de enfrentar a Marcelo Barovero. Los dirigidos por Ramón Díaz nunca pudieron hacerse dueños de la pelota ni tampoco parecían poder lastimar de contra. Que el primer tiempo se haya ido en cero solo se explica con la oscura noche de Tonso en la definición.
En el segundo las cosas parecían cambiar. River no salió a buscarlo en ningún momento pero el ingreso de Kranevitter por Ledesma le dio algo más de presencia en el mediocampo. Los rosarinos ya no llegaban con tanta claridad ni frecuencia a las narices de Barovero. Y cuando lo hicieron apareció Leonel Vangioni para cerrar al extremo en un par de ocasiones como un experimentado central.
La hinchada local comenzaba a resignarse y parecía ser el momento indicado para que River de un golpe de autoridad, pero al igual que al Coloso de la Independencia, al Millonario le fallaron los generadores como durante casi todo el torneo. Ramón apostó por Carbonero en lugar del apagado Simeone, pero el colombiano siguió en su tibieza habitual y nunca se conectó con Lanzini.
Para colmo de males se cortó la luz en el Estadio y el brillo de la cabellera de Bottinelli en la oscuridad traía malos augurios que se confirmaron en la reanudación. Vangioni, la figura del equipo, abandonaba la cancha con una contractura.
A los pocos minutos vino lo peor. El rubio zaguero hizo un foul evitable a pocos metros del área, Barovero se resbaló cuando fue a buscar el centro y Victor López cabeceó al gol en soledad. Tan doloroso como justo.
Pese al gol en contra y al tren del Torneo Inicial que se alejaba, River siguió sumergido en su oscuridad futbolística. Desaparecido Lanzini, intrascendente Ferreyra, tibio Carbonero, solo Andrada pareció querer vender cara la derrota, pero el pibe no tiene ni el nivel ni los minutos como para cargarse las aspiraciones del equipo sobre sus hombros.
De todas maneras, el juvenil delantero tuvo su chance de empatarlo pero fue barrido de atrás adentro del área dando lugar a un claro penal que Pompei no vio o no quiso ver. Uno más en la lista.
Mientras tanto en el otro arco, el recién ingresado Trezeguet merodeaba el gol de la sentencia cargando la noche de morbo.
Ya no hubo tiempo para más. Otra noche de derrota y malaria futbolística. Un planteo mezquino que dará que hablar por parte del entrenador y futbolistas sin carácter que en otras épocas no se hubiesen podido ni asomar al vestuario del más grande. Por su parte los dos "refuerzos estrella" vieron la derrota desde el banco de suplentes sumando más incertidumbre al presente. Que alguien prenda la luz.
Pablo Domínguez
@mingopayo
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