domingo, 21 de febrero de 2016

RIVER SE DURMIÓ Y SUFRIÓ UNA CANALLADA


River no pudo sostener el frenesí de Rosario Central y terminó empatando 3 a 3 en el Gigante de Arroyito. Alario, Mora y Larrondo (e/c), los goles.

El choque se presentaba como de alto voltaje. Ni más ni menos. El eufórico recibimiento en el Gigante de Arroyito antecedió a un emotivo saludo entre Marcelo Gallardo y Eduardo Coudet. En lo que respecta a fútbol, sorprendió la reacción de River respecto a los partidos anteriores: presión alta con Leonardo Ponzio y Nicolás Domingo. Rosario Central tardó en acomodarse e imponer su ritmo vertiginoso.

Todo lo contrario para el visitante que, con un córner perfecto de Gonzalo Martínez, encontró la ventaja a los cinco minutos en la cabeza de Lucas Alario. La respuesta no se hizo esperar y Germán Herrera convirtió su primer gol desde que regresó. Previamente, incursión perfecta de Marcelo Larrondo, el peligroso ariete uruguayo.

La idea del Muñeco se plasmó a la perfección en poco tiempo. De la mano de Tabaré Viudez, que con espacios logró hacer tambalear la seguridad defensiva del Canalla, El Más Grande halló los caminos. Con poco del Pity por izquierda fue suficiente para juntar gente en campo rival y llegar al objetivo.

De tal manera, fue Viudez quien ahogó los intentos de Javier Pinola por mantener la calma en una zona comprometida. La posesión fue tomada por Alario, quien levantó la cabeza y buscó a Mora, que entraba en soledad y sin marca. Con envidiable sangre fría, se acomodó y ajustició a Manuel García.

Los momentos posteriores fueron desazón para el dueño de casa y oxígeno para el Millonario, en un encuentro que tuvo ida y vuelta en las dos áreas. Ninguno negoció su libreto ni dio una pelota por perdida.

La verticalidad implementada por el Chacho se potenció en la segunda mitad gracias a la subida de los laterales y el buen manejo de Giovanni Lo Celso. Agazapado, River apostó a la contra aunque lejos de culminarla de la mejor forma.

Pero este deporte no entiende de merecimientos y eso es innegable. Tras un corner desde la derecha, Alario ganó de arriba -como en toda la noche- y produjo el que Larrondo la metiera en su propia meta. Un regalo en medio de la neblina para el Muñeco y sus dirigidos.

De inmediato, un centro de Lo Celso fue aprovechado por el delantero charrúa para tomarse revancha en el arco de enfrente. El apagón lumínico favoreció que los entrenadores replantearan varios conceptos antes de retomar la acción. A quince minutos del final, podía pasar cualquier cosa. Partidazo.

Si los diez jugadores de Central en campo rival no explican a las claras su estilo de juego, difícilmente lo haga la descompensación que sufrió atrás, lo cual su adversario no aprovechó de la mejor manera.

Los nueve minutos suplementarios que dictaminó Mauro Vigliano serían cruciales para la historia de esta noche. A la vez que la Banda perdonaba continuamente y dilapidaba llegada tras llegada, el anfitrión se ilusionaba con el milagro.

Entre tanta insistencia, los rosarinos capturaron una de las últimas para sentenciar el 3-3 final. Alejandro Donatti se ubicó como centrodelantero para bajarle la pelota a Larrondo, el protagonista de la jornada. De villano a héroe lo del atacante, que mantuvo el invicto de su equipo en el torneo.

En lo que a River respecta, se escaparon tres puntos vitales para escalar posiciones. Si no es prematuro para despedirse del título, pega en el palo y entra. La cara de Gallardo expresó, sin necesidad de una palabra, lo mal que cayó este desperdicio. De ser dominador a ser dominado. Las dos caras. Otra vez, preocupación e incertidumbre.

Lucas Ajuria 

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