Los fanáticos Millonarios dejaron su huella en todo el mundo luego de demostrar lo que puede hacer la pasión para viajar más de 18.000 kilómetros en busca de un sueño.
Los japoneses miraban asombrados y no entendían qué pasaba. Desde hace varios días las calles se tiñeron de rojo y blanco. Como dice Guillermo Francella en el Secreto de sus ojos. "Una persona puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de pareja, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar, no puede cambiar de pasión". Y así lo dejaron claro los hinchas Riverplatenses.
20.000 personas estuvieron presente en el debut del Más Grande frente al Sanfrecce. River prácticamente fue local en Japón, y el equipo que más gente llevó. El banderazo demostró lo que el amor de un hincha es capaz de hacer.
Los fanáticos hicieron sentir a los jugadores como en casa, los apoyaron en los momentos difíciles del partido y no dejaron de cantar ni un minuto. Todavía se espera que lleguen más para disfrutar de la final más ansiada. Cuatro días separan al Millonario del objetivo soñado y del partido que definirá esta historia. Pero mientras tanto, Japón es de River.
Sol Estiven
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