
Se cumplió el objetivo. River logró ganar un encuentro complicado, con actuaciones individuales que ratificaron el resultado. Lucas Alario, el juvenil llegado desde Colón, marcó el gol de la victoria y unos de los tantos más importantes para seguir con el sueño intacto. Por otro lado, desde los tres palos, con su bajo perfil y su personalidad relajada, Marcelo Barovero se quedó en sus manos con lo que podía ser el triunfo de Sanfrecce.
El planteo de Muñeco fue claro: adelantarse lo mayor posible para romper la defensa esquemática del conjunto local. Si bien el equipo manejó la pelota desde el arranque, no le fue fácil concretar jugadas de gol. Además las líneas se adelantaban tanto, que la defensa quedó varias veces expuesta.
Trapito Barovero salvador desde el arco, y Lucas Alario, el juvenil que cada vez se mete más en la historia del Millonario. Llegó y no dejó de hacer los goles más importantes desde hace muchos años. Las individualidades que taparon el poco juego colectivo que se vio en River. Manejó la pelota, pero sin creatividad, no pudo lucirse Pisculichi, y los cambios otra vez tuvieron trascendencia. Las entradas de Lucho González y Viudez modificaron el juego del equipo. El uruguayo tiró el centro en el cual el Pipa definió el partido.
Ahora River espera por el Guangzhou y el Barcelona, mientras disfruta la victoria ante el Sanfrecce.
Sol Estiven
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