
Con Marcelo Gallardo al mando del equipo se alcanzó la marca de trece derrotas, cifra que se acrecentó pronunciadamente tras la Suruga Bank. A continuación, los detalles.
El Muñeco se convirtió en el entrenador del club con más títulos internacionales a raíz de la obtención de la Copa Sudamericana, la Recopa Sudamericana, la Copa Libertadores y la Suruga Bank. Para conseguir esos logros, El Más Grande comenzó como un equipo imbatible que pregonó un fútbol de alto vuelo para aplaudir de pie. Con el correr de los partidos, sobrevino la incertidumbre, el fin del invicto, el catamarán de la irregularidad y demás, pero “este equipo nunca te deja a gamba”, como lo inmortalizó el propio entrenador.
Sin embargo, el registro de efectividad del DT decayó considerablemente debido a las derrotas post viaje a Japón. Para ser más exactos, repasamos las 13 veces que el Millonario se quedó con las manos vacías. El primero que pudo doblegar a la Gallardeta fue Estudiantes (0-1) en el Torneo de Transición 2014. Luego, Racing (1-0) le arrebataría la punta en el mismo certamen. En la fase de grupos de la Copa Libertadores, San José (2-0) lo amargó en su debut. Días después, Huracán (0-1) se quedaría con la Supercopa Argentina en el mano a mano decisivo.
En el actual torneo de 30 equipos, Boca (2-0) se quedaría con un Superclásico oficial después de más de un año. En los Cuartos de final, el Millonario cayó en la ida contra Cruzeiro (0-1). Tras el parate por la Copa América, Rosario Central se quedó con el duelo de 16º por Copa Argentina.
He aquí el punto de inflexión. Tras coronarse campeón ante el Gamba Osaka, los resultados del equipo decayeron contundentemente. Su regreso al Monumental fue amargura ante San Martín SJ (0-1). En la fecha siguiente, cayó en La Plata contra Estudiantes (2-1) y el segundo Superclásico lo vio caer nuevamente en casa (0-1).
En la vuelta contra Liga de Quito, perdió 1-0; otra vez caras largas en un clásico con goleada incluída ante Independiente (3-0) y el partido de anoche en Florencio Varela por 1-0. Sin dudas, estadísticas que asustan.
Lucas Ajuria
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