jueves, 8 de octubre de 2015

GALLARDO: "NO LE TENGO MIEDO AL BARCELONA"


Marcelo Gallardo contó cómo asimila el cariño de la gente y manifestó sus sensaciones como entrenador de River. Incluso, se refirió al Barcelona.

El Muñeco nos devolvió la identidad y le recordó al resto del mundo que El Más Grande sigue vigente. Por eso, redobla la apuesta y agradece tanto amor de los simpatizantes. "A mí me conmueve la gente. Observás la locura que hay, lo que hacen muchos para obtener una entrada. Cómo se sufre y cómo se vive con esa intensidad en momentos como la final de la Libertadores. Esa noche fue especial porque no hacía un año que se fue mi vieja. Ella siempre se sentaba ahí, en la platea (señala con el dedo), en la Belgrano. Hasta que pudo caminar venía siempre a la Belgrano. Entonces, ante un triunfo como fue la Libertadores, era muy difícil que no se me viniera mi madre a la memoria", confesó.

En una charla a fondo, reveló detalles conmovedores de sus primeras armas en El Más Grande. "Empecé a cumplir con horarios muy exigentes en el club. A los 12 años ya estaba en River y me costaba mucho más levantarme a las seis de la mañana, ir al colegio, comer muy apurado al mediodía, tomarme un colectivo y un tren para llegar al club, entrenar por la tarde y llegar a casa a las nueve de la noche. Era bastante sacrificado", le recordó a la revista Viva.

Al mando de la batuta de este gran equipo, no le escapa a la realidad: es muy calentón. "Soy pasional, soy sanguíneo, reacciono frente a ciertas cosas que me van pasando. Igual, con el tiempo pude manejar algunas de esas frustraciones que muchas veces aparecen cuando hay algo que no se está haciendo bien. Injusticias, por ejemplo. Pero empecé a ser un poquito más cuidadoso con la forma de expresarme. Antes era peor, reaccionaba demasiado y en algunos momentos la pasé mal", indicó.

De todas formas, este nuevo Gallardo no tiene nada que ver con el que usaba botines. "Me pasa todo lo contrario a lo que me pasaba como jugador. Después de los partidos no podía dormir. Y hoy como entrenador duermo perfecto. Caigo como un campeón después de los partidos. No me hago demasiadas preguntas, me relajo. Igual soy de dormir poco, entre cinco y siete horas", contó el oriundo de Merlo.

La presión de ser el técnico del club más importante de la Argentina es algo que maneja con suma facilidad. "Yo no creo mucho en eso. Porque así como la fama aparece, desaparece, y quedás medio descolocado. Yo he tenido mis períodos de gran exposición, eso que genera estar en un club como River ya sea como jugador, o ahora en esta nueva etapa como entrenador. Siempre el nivel de exposición es muy grande. Entonces trato de convivir de manera natural. Mis hábitos no cambiaron. Trato de hacer las cosas que me gustan hacer sin encerrarme creyendo que los demás me invaden. Trato de tomar algunos recaudos para pasarla bien, nada más", detalló.

Metido por un momento en el viaje a Japón, transmitió sus ganas de hacer historia y dar pelea. "Es un deseo y un desafío. El Barcelona no me genera miedo, sólo entusiasmo", avisó.

Lucas Ajuria

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