
River se consagró campeón de la Copa Libertadores, luego de un camino largo y complicado. Cada partido fue un trámite y algo que parecía tan fácil como la clasificación fue una de las fases más complejas que el equipo afrontó. Juan Aurich, San José de Oruro y Tigres fueron rivales mucho más difíciles que lo esperado.
San José, un equipo boliviano con un estadio ubicado a casi 3700 metros de altura fue el primer obstáculo, River viajó con la idea de llevarse una victoria, pero volvió a Buenos Aires con dos goles en contra. El segundo rival fue Tigres, y un empate en el Monumental dejó un sabor amargo por no conseguir un triunfo.
Luego vino Juan Aurich, primero en Perú, otra vez en una cancha bastante peculiar debido al césped sintético que llevaba y su estado descuidado. Un empate comenzó a plantear las dudas del equipo dirigido por Gallardo, pero la confianza estaba en la localía. Sin embargo otra vez un empate y las dudas pasaron a ser preocupación. Comenzaron las especulaciones y lo que River debía lograr para clasificar segundo.
Era fundamental llevarse una victoria en México, frente a Tigres, hasta ahora el equipo que tenía asegurada la clasificación. Una vez más la noche no estaba a favor del Millo, perdía 2 a 0, y ya casi era una despedida de la Copa. Mora y Teo se vistieron de salvadores y en los últimos minutos marcaron los goles para que el empate deje viva la última posibilidad que había de clasificación. Por último quedaba el encuentro con San José en el Monumental, donde River goleó 3 a 0 y milagrosamente el 5 a 4 de Tigres le abrió las puertas a la siguiente ronda.
Boca fue el rival de octavos, Sánchez de penal convirtió el gol de la ventaja para visitar la Bombonera. El 14 de mayo se suspendió el partido por el episodio fatídico causado por la “12”. El Millo pasó a cuartos y se encontró con Cruzeiro y otra vez al límite, perdió 1 a 0 en el Monumental viajó a Brasil para levantar el resultado. Goleó 3 a 0 y demostró una vez más el carácter competitivo del equipo.
Las semis fueron contra Guaraní pero en el medio hubo varias bajas, el equipo se renovó totalmente por el receso por la Copa América. Se perdieron varios jugadores, otros regresaron y el Millo comenzó el semestre con la eliminación de la Copa Argentina y dos empates que dejaron más dudas que certezas. El equipo parecía seguir en plena pretemporada y comenzó la incertidumbre por pensar cómo reemplazaría Gallardo a jugadores de la talla de Rojas y Teo. Además la lesión de Pisculichi y Bertolo se sumaron a los problemas. El Muñe apostó por dos de los refuerzos: Lucho González y Alario como titulares. River se logró otro triunfo y se llevó dos tantos para definir en Paraguay.
Se sumó a las bajas Ponzio y seguían los problemas, pero aun así Gallardo acertó en el esquema, en la formación y sobre todo en los refuerzos. El descuento de Guaraní le puso suspenso a la noche, pero todo el equipo Riverplatense se destacó. Viudez con solo 20 minutos logró demostrar por qué Marcelo insistía tanto en traerlo. Todos sus pases fueron precisos y asistió a Alario, quién dejó al arquero a mitad de camino luego de picar la pelota y convirtió el empate que cerraba la historia.
La primera parte de la final fue en México, con un rival conocido para el Millo, ya que era parte del grupo. De todas formas ya no era el mismo equipo, el conjunto dirigido por Ferretti se reforzó para salir campeón. La ida como visitante no fue fácil, River se preocupó por controlar el partido y lo hizo, Tigres no pudo desplegar su juego. Gignac estuvo en un duelo permanente con Maidana, y no complicó a Barovero. El Millonario se llevó un 0 a 0 como visitante y la semana fue larga para Gallardo que tuvo que rearmar el equipo.
El Muñeco perdió a Mercado, Viudez y Mora, tres jugadores fundamentales para el juego. Como si fuera poco también perdió a Mammana, reemplazante natural de Mercado y por la expulsión en México no pudo estar en el banco de suplentes.
Aunque la suerte no estaba del lado de La Banda, Gallardo logró rearmar equipo. Uno de los aciertos del Muñeco, Alario una vez más abrió el partido en una noche de lluvia que parecía imposible que la pelota entre al arco. El segundo tiempo fue más relajado ya con la ventaja, Sánchez de penal marcó el segundo y Funes Mori cerró el resultado con un cabezazo.
River, después de diecinueve años volvió a ser el más grande de América.
Sol Estiven
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