
El único jugador que puede perderse una hipotética final es Marcelo Barovero, que en caso de recibir otra amarilla deberá cumplir un partido de suspensión.
Solo 90 minutos separan a River de la gran final de la Copa Libertadores, para así cortar 19 años sin poder llegar a ese lugar de privilegio continental. Claro está, a pesar del 2-0 en la ida, primero hay que superar a Guaraní en Asunción.
Para este vital partido no estará disponible Leonardo Ponzio, que en la ida ante el conjunto paraguayo recibió la tercer amarilla en la Copa y por tal motivo debe cumplir un partido de suspensión. Lo mismo le puede pasar a Marcelo Barovero, que tiene dos tarjetas y en caso de recibir otra mañana, se perdería la ida de la final (siempre y cuando el Millo pase).
Trapito es de los jugadores más importantes del club de los últimos años, por lo que deberá cuidarse para que pueda estar en los duelos definitorios. Eso se sabrá mañana en el Defensores del Chaco.
Nicolás Diz
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