
Nicolás Bertolo, surgido en Boca, se convirtió
en nuevo refuerzo de River. Así, el volante integra una extensa nómina de
jugadores que vistieron la camiseta del eterno rival y, más tarde, pasaron al
Millonario.
Defender los colores
de los clubes más grandes del país no es para cualquiera, pero sin embargo en
más de 100 años de historia, numerosos nombres tejieron una larga lista con
trayectoria en ambas veredas. A continuación, solamente los que primero jugaron
en la Ribera
y, tiempo después, optaron por llegar a Nuñez.
En 1905, aún en el
amateurismo, Pedro Moltedo fue el primer capitán de Boca. A su vez, paradójicamente,
era jugador del Más Grande en los campeonatos oficiales de la Tercera. El delantero
Alfredo Garasini jugó en el Xeneize entre 1916 y 1928, mientras que vistió la
banda roja en un partido de 1920 por la Copa Competencia.
Dante Pertini, tío de Alfredo Di Stefano, fue jugador de la azul y amarilla
entre 1920 y 1926, pero tuvo una breve estadía en River en 1922.
Ya en el profesionalismo,
se agregaron los siguientes: Vicente Oñate, jugador de Boca en 1905 y de River
dos años después; Donato Abbatángelo, en 1909 en uno y en 1910 en el otro;
Ramón Ferreira, que jugó en La
Boca en 1905 para pasar un lustro después al Millo; Alberto Juan
Penney, que en 1908 llegó para quedarse dos años en el riachuelo y pasar al
Campeón del Siglo en 1912, donde permaneció tres temporadas.
De 1916 a 1918, Francisco
Taggino llevó la banda cruzada, no sin antes defender la del enemigo de 1910 a 1915; Luis Demóstenes
Gaete, de fugaz participación en ambos, tuvo la boquense en 1915 y el Manto
Sagrado en 1919; Alfredo Garasini fue jugador de Boca en 1916 y, cuatro años
después, del Millonario; Dante Pertini fue de la contra en 1920, pero en 1922
se cruzó de vereda; por su parte, Severiano Álvarez tardó diez años en cumplir
esta ley: en 1925 se puso la banda, luego de pasar anteriormente por la otra
orilla.
El goleador Casildo
Fallatti rompió redes en Boca en 1923, pero dos años luego trasladó sus gritos;
mientras que el polifuncional Eugenio Cacopardo hizo la banda en el Xeneize en
1923 y en El Más Grande en 1927. Cataldo Spitalle estuvo en el '31 en un club y
pegó el salto en el '33; Juan José Negri fue transferido directamente de rival
a rival. 1948 en el primero y 1949 en el segundo.
Alberto Emilio De
Zorzi fue un delantero que en 1947 pasó por el enemigo futbolístico, pero en el
'51 mudó sus celebraciones; Juan Apolonio Vairo llevó la franja amarilla en
1953 y en 1957 adoptó la banda roja; en 1954, Fausto Iseo Rosello llevó la Xeneize en su pecho pero,
cinco años más tarde, River lo contrató. Del 52’ al ’60,
ininterrumpidamente, Francisco Lombardo fue de nuestros contrincantes, pero en
1961 se cruzó de vereda. Lo mismo para Juan Carlos Barberis: de 1957 a 1959 enfrente y, en
1962, acá en casa.
En 1957, Jorge Alberto
Diz llevó el color azul en su camiseta, para que 1962 el rojo y blanco se
apoderaran de su torso. Néstor Italo Isella conformó las filas de los primos en
el ’60 y dos temporadas más tarde, las del Más Grande. Miguel Ángel Loayza fue
un volante que entre 1961 y 1963, prefirió a ellos. En el ’66, se trasladó con
nosotros. El punta Rubén Horacio Galleti estuvo en el lapso 1971-1972 en la
otra puerta. En el tramo 1977-1979, fue bien “gallina”.
El “Conejo” Alberto
César Tarantini fue Xeneize desde 1973 a 1977 y “Millonario de 198 a 1982. El atacante
Carlos Damián Randazzo participó en el `79 en Boca y en el ’82 en River. Oscar
Víctor Trossero, en 1972 fue de ellos, y en el ‘83 de la familia rojiblanca. El
actual técnico de la
Selección de Perú, Ricardo Alberto Gareca, pasó por La Boca de 1978 a 1984. 365 días luego,
pasó a formar parte del Millo.
Párrafo aparte para
Oscar Alfredo Ruggeri, el, quizás, caso más rutilante de jugadores que pasaron
de uno a otro sin intermediar ningún club en el medio. Debutó 1980 con la azul
y amarilla y, en 1985, pasó sorpresivamente a River, donde permaneció hasta 1988.
Salió campeón del Mundo con la
Selección y se consagró con la banda roja en el Torneo
Nacional, la Copa
Libertadores y la Intercontinental.
Ramón Miguel Centurión
y Rubén Darío Gómez jugaron juntos en 1985 en La Ribera e hicieron lo propio
desde el ’86 hasta el ’90 en el Monumental. El “Pipa” Jorge Nicolás Higuaín
vistió la bostera en la temporada 86/87. Ya en Nuñez, luego de 1988 quedaría en
la historia grande. Jorge Roberto Rinaldi y José Milton Melgar estuvieron
en la Bombonera
desde 1986 a
1988, pero el Antonio Vespucio Liberti los acogió en la temporada siguiente.
Juan Amador Sánchez jugó con los anteriores en el primer club, pero dio el
salto a su rival recién en 1990.
Otro apartado para la
“Bruja. Sergio Ángel Berti jugó apenas seis partidos (entre 1988 y 1990) en el
acérrimo rival, aunque le bastó para conquistar la Supercopa ‘89. En Núñez
jugó hasta el ‘99 pero con algunas partidas en el medio: Parma (92/93) y
Zaragoza (95/96). Obtuvo 6 títulos locales y una Supercopa con el
Millonario.
José Luis Villarreal
integró el equipo boquense entre 1987 y 1993, año en el que fichó con La Banda. Gabriel Omar
Amato, del ’91 al ’92, tuvo contrato con Boca, hasta que en 1994 sintió la
banda en el pecho. Sebastián Pascual Rambert, el crack que no fue, mantuvo un
vínculo desde 1996 a
1997 con la institución que hoy preside Daniel Angelici. De 1997 a 1999, el vestuario
Ángel Labruna lo tuvo dentro. El internacional Nelson David Vivas defendió el
carril derecho en 1994, hasta que se cruzó en 2003.
Jonatan Ramón Maidana,
el caudillo de Marcelo Gallardo, tuvo un exitoso paso por Boca de 2006 a 2008, pero hace cinco
años que llegó a River para consolidarse en la zaga central. Jonathan Fabbro,
pedido por Ramón Díaz, fue bostero de 2002 a 2003, pero en 2013 recaló en Nuñez para
darle el gusto al riojano. Por último, Bruno Saúl Urribarri arribó al club el
año pasado, aunque finalmente no renovará contrato. En 2007, el Alberto J.
Armando lo vio recorrer la franja izquierda. Ahora, será el turno de Nicolás
Bertolo, surgido en la otra orilla y quien defendió esos colores desde 2005 a 2007. Bienvenido a
casa.
Lucas Ajuria
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