Darío Herrera, una de las voces más esperadas post partido, salió a hablar sobre lo acontecido en esas dos horas y monedas. Expuso que su idea era completar el encuentro, pero la situación se tornó insostenible. También habló de los jugadores de Boca y los encargados de la seguridad.
Fue uno de los protagonistas que vivió en primera persona los hechos dramáticos que arruinaron el espectáculo. Sin embargo, su voz se hizo escuchar casi tres días después de aquella noche. De entrada, marcó que la integridad física de los afectados nunca estuvo cuestionada de su parte. “No había ningún acting, estaban con los ojos muy irritados, como si estuvieran quemados. Eso se veía en el momento. Camisetas manchadas con un polvo naranja. Todos lo vimos”, indicó.
Gago, Orión y hasta Arruabarrena se taparon la boca para susurrar, entre risas, con el árbitro. No obstante, Herrera aclaró que no lo forzaron a proseguir con el segundo periodo. “En ningún momento sentí presiones para que se siguiera jugando. Los mismos jugadores de Boca querían esperar a que se recuperen. En todo momento hubo buena predisposición, no me pidieron que pitara y empezara a jugar”, soltó en charla con La Red.
Asimismo, avisó que por su cabeza siempre estuvo la convicción de hacer todo lo posible para reanudar el choque. “Si los jugadores de River se recuperaban, la idea era continuar el partido, pero lo primero es siempre la integridad física de los jugadores. No podía pedirles que salieran de la cancha si no había seguridad, pero lo más importante es que llegaron bien al vestuario”, apuntó.
Para recordar, detalló los instantes previos al tumulto que se generó en el círculo central. “Estábamos en el medio campo. Cuando vimos que sucedía algo en la manga del equipo visitante, empezamos a comunicarnos por intercomunicadores y nos informaron que les habían tirado un gas”, declaró. Acto siguiente, “intentamos sacar a la gente que no debía estar en el campo de juego, pero tenía ya más que ver con la seguridad”, subrayó, tirándole la pelota a los encargados de que reine el orden.
Mucho se habló de la exagerada demora para dar por finalizada la espera, pero el oriundo de Lincoln remarcó su decisión. “Estábamos en contacto con la Conmebol y esperamos un tiempo prudencial. Analizamos la situación con el veedor hasta que decidimos la suspensión”, exteriorizó.
Para finalizar, reflexionó sobre la locura que se vive en Argentina. “Todos somos un poco responsables. Era un gran espectáculo y hubo que terminarlo así, estas cosas le hacen mal al país. Esperemos que no se repita”, pidió.
Lucas Ajuria
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