
River se encontró con un resultado atípico en el Superclásico que se llevó a cabo en Mendoza por el último amistoso de verano. Si bien el equipo en general tuvo un nivel flojo, el codo defensivo fue lo más preocupante en el planteo Millonario.
Hastío, desazón, fastidio y apatía: Lo que dejó la actuación del club en el partido frente a Boca. Un 5-0 inesperado en contra y una actuación paupérrima en todas las líneas, la actitud careció a lo largo de los 90' de juego. Sin embargo, lo más preocupante fue la zaga defensiva: No respetaron los espacios, se perdió el orden y sobresalió la falta de entendimiento en el fondo riverplatense.
River arrancó el encuentro atacando y ahogando al rival, se sobrepuso en el juego ofensivo. No obstante, un error infantil le costó al más grande el primer gol en contra: Un pase sin potencia y sin dirección de Ramiro Funes Mori a Jonathan Maidana que anticipó el juvenil Cristaldo y, en el mano a mano, remató arriba frente a un Barovero vencido y sin garantías.
El Millonario no pude recuperarse del primer gol en contra, por el contrario, el desespero quedó en evidencia, el sistema táctico quedó en un segundo plano y el rival supo aprovechar los errores del equipo. Aún así, River procuró continuar atacando, pero el desorden en defensa era notorio, no hubo retroceso ni reacción, Boca ganó todos los balones en los contraataques, la espalda de los defensores era una invitación a que el rival atacara. Así llegaron el segundo y el tercer gol, no se cubrieron espacios y por el contrario se dio todas las garantías posibles para la ampliación del marcador.
El entretiempo trajo cambios bajo la manga, Gallardo decidió reemplazar a Maidana y a Vangioni y abrir un lugar a Pezzella y Balanta. Los dos jugadores aportaron y lograron establecer un orden en salida y retroceso, sin embargo, se vieron afectados por la temprana expulsión de Sánchez (ingresó también en el entretiempo). No había ni tocado el balón y, por un cruce de palabras con Abal, tuvo que volver al vestuario. El mediocampo ya no daba seguridad, la ausencia de Sánchez y de Mayada (expulsado en la primera parte) abrieron espacios y permitieron al rival acercarse aún más. El trabajo de los recién ingresados tuvo que doblarse, no obstante, el rival supo aprovechar la superioridad numérica y logró concretar otros dos tantos para alargar la diferencia en el marcador.
Pudo haber más goles, sin embargo, Éder Álvarez Balanta volvió a trascender con una barrida y desvió un remate que iba con destino de gol. Pezzella por su parte logró contener los ataques por su banda, pero no fue suficiente, el rival se asociaba y River sufría por la inferioridad de jugadores en cancha.
Balanta y Pezzella, dos jugadores provenientes de las inferiores del club, lograron organizar un poco la línea defensiva, lo que no pudo hacer Ramiro Funes Mori y Maidana en la primera parte. El desespero y la falta de lectura sobre el juego los llevó a errar.
Gallardo se fue molesto y los jugadores aún más, Gabriel Mercado no tuvo reparo en mostrar su inconformidad en el vestuario frente a sus compañeros. Ahora el "Muñeco" tiene un gran desafío de cara al partido por Recopa Sudamericana frente a San Lorenzo que se disputará el próximo viernes 6 de febrero: ¿Mantendrá la defensa que estuvo de arranque? ¿Moverá las fichas? ¿Volverán al once titular los pibes del club? Una incógnita que genera preocupación, por ahora.
Pablo Guerrero G.
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