En el día de ayer, se cumplió una década del fallecimiento de Enrique Omar Sívori, uno de los mejores jugadores que haya vestido la camiseta de River en la historia. El 17 de febrero de 2003, se iba uno de los ídolos mas grandes de la institución y dejaba un recuerdo imborrable.
El Cabezón llegó al club de Nuñez en cuarta división. Debutó en 1954 convirtiendo un gol, a los 17 años ante Lanús. En dicho encuentro reemplazó ni mas ni menos que a Ángel Labruna. Con la camiseta millonaria disputó 62 partidos y anotó 29 goles. También fue pieza fundamental del equipo que lograra el tricampeonato.
Sus magníficas actuaciones hicieron eco en Europa. Juventus pagó la suma de diez millones de pesos -récord para la época- y se hizo con sus servicios. Con ese dinero River terminó de construir el Estadio Monumental, cerró la famosa "herradura" y después de su fallecimiento puso a la nueva tribuna el nombre del ídolo nacido en San Nicolás de los Arroyos.
En Italia pasó por Juventus y Napoli. Con la Vecchia Signora consiguió tres ligas y dos copas nacionales. Obtuvo la nacionalidad de aquel país, lo que le permitió recibir el Balón de Oro al mejor jugador europeo en 1961 y además jugar la Copa del Mundo de Chile en 1962. También tuvo un breve paso por el combinado de nuestro país.
Tras su retiro en 1968, fue director técnico de River, Estudiantes de La Plata, Rosario Central, Racing, Vélez y la Selección Argentina, entre otros. Murió a los 69 años en su ciudad natal, donde el próximo 20 de marzo se descubrirá una estatua en honor a uno de los ídolos mas grandes que tuvo la institución riverplatense en toda su historia.
Juan Manuel Collazo
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