
Tras el inesperado empate de local ante Boca, Lanús quedó relegado de la única copa que podía ganar, solo lo salvaba si se producía un triple empate en la cima de la tabla.
A pesar del liderazgo de Racing, tanto River como el Granate no perdían las esperanzas de coronarse. La Academia cumplió y goleó, el Millonario resolvió un trámite de rigor al vencer a Banfield, pero el conjunto que dirige Guillermo Barros Schellotto no pudo conseguir un resultado favorable.
El encuentro había arrancado con un tempranero gol de Lautaro Acosta, al minuto de juego, y antes de culminar el primer acto, el punta marcó su doblete. Arruabarrena no se dio por vencido y decidió ir a buscar el partido, cosa que no logró de inmediato, si hasta incluso el Grana coqueteó con la tercera conquista, pero el palo le dijo que no a Silvio Romero. Instantes después, Emmanuel Insúa fusiló a Marchesín y estableció el descuento. Segundos antes del pitazo final, Calleri decretó el empate, un marcador que dejó atónita a La Fortaleza. Sin chances de obtener el único torneo en el que seguía en carrera, Lanús dejó pasar una chance increíble.
Principalmente porque lo tuvo a su merced, para manejarlo e incluso sentenciar el golpe de gracia a la gacela herida, que hoy por hoy es Boca, luego del puñal que significó la eliminación de la Sudamericana.
De esta manera, queda en el pasado la posibilidad de adjudicarse el certamen aún con un total de tres líderes. ¿Por qué? Porque el Granate empató con River y triunfó ante Racing, los otros dos que pelean por ser dueños de la competencia. Cancelada esta ocasión de que sucediera, la Academia y La Banda se quitaron de encima un rival durísimo que hasta se beneficiaba con dicha consecuencia. Otra vez será, Guillermo.
Lucas Ajuria
@Lucas_2793
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