7 días, tan solo 7 días para revalidar lo hecho en tierras cafeteras. A una semana, a solo una semana de confirmar lo hecho en todo este semestre. Antes del partido, existían muchos objetivos en la cabeza tanto de los integrantes del cuerpo técnico como de los jugadores. Obviamente uno de ellos era no perder, otro claramente era el de ganar, pero cuando no podes hacer ni una cosa ni la otra, la antigua frase del fútbol nos llevaba a decir: “Si no lo podes ganar, al menos no lo pierdas”. Eso hizo River al encontrarse en desventaja en el primer tiempo tanto en el rendimiento general del juego como en el marcador. Los partidos duran 90 minutos y Atlético Nacional se olvidó de que existía un complemento por jugar y el desgaste no le permitió mantener la ventaja obtenida en la primera etapa: apareció “Piscu”, desapareció el arquero Franco Armani, 1 a 1.
Había que empatarlo. River tenía juego y buen manejo del balón como para merecer la igualdad. El local propuso un conjunto de ideas interesantes en los 45 minutos iniciales pero no le quedó resto para afrontar la etapa final. Es por ello que más allá de haber contado con una chance para ganarlo, fue el “Millonario” quien estuvo ahí nomás de volverse con los 3 puntos de Colombia. Gracias al zapatazo de Leonardo Pisculichi, el equipo que dirige Marcelo Gallardo espera tranquilo, confiado y cómodo la gran final en el Estadio “Monumental” del próximo miércoles. El 1 a 1 dejó un gran semblante en los futbolistas y ellos mejor que nadie saben que están a 90 minutos de la gloria.
Gran recibimiento del público para Atlético Nacional de Medellín. El Estadio Atanasio Gigardot estaba colmado de hinchas “verdolagas” y en un rinconcito aparecían los hinchas de Núñez que se sentían más que privilegiados. Comienzo del partido. Con muchas luces para el local, con una propuesta futbolística que no le permitía a River establecer su juego. Los colombianos, muchos de ellos de gran altura y potencia física, defendían su tierra y le generaban a los dirigidos por Gallardo dolores de cabeza constantes. Pero más allá de imponer la localía, el visitante contestaba con un disparo de Teófilo Gutiérrez que si bien se iba desviado, era una llegada.
Poco a poco Atlético se adelantaba en el campo con la presencia de Edwin Cardona y el apoyo de Farid Díaz y Orlando Berrio. Pero fue el mismo Cardona quien en un tiro libre exigió a Marcelo Barovero y el 1 visitante tuvo que esforzarse para enviar la pelota al tiro de esquina. Hasta que una desatención defensiva le permitió a Berrio aparecer solitariamente por la derecha del ataque y tras ganarle en velocidad a Leonel Vangioni, de bajo rendimiento, soltó el balón al segundo palo e hizo inútil la acción de Barovero al estirar su brazo derecho en pos de tapar el remate. Era justa la apertura del marcador a los 34 minutos ya que Nacional era más que River, no mucho más, pero lo justificaba desde la contundencia para manejar la pelota. Así, se fueron al descanso ambos con la idea de mejorar lo hecho.
Complemento en marcha. River y sus complementos, con esa actitud de presionar bien arriba, haciéndose dueño del mediocampo con grandes apariciones de Leonardo Ponzio y de Carlos Sánchez, mientras que Pisculichi conducía los avances hacia el área. La primera fue para Sánchez dentro del área grande, casi en la chica, pero su remate era tan débil que finalizaba en las manos del arquero Armani. Era otro River, lo hacía notar con la justeza necesaria para entender que es la instancia definitiva en la Copa y de que cualquier error te puede costar caro. Minuto 20, de derecha al centro, pero con la idea de buscar su mejor perfil, Pisculichi tomó el balón, se sacó marcadores de encima y sacó un furibundo remate que se le escapó a Armani y estampó la igualdad. Si el 1 a 0 estaba bien en su momento, el 1 a 1 también y cabe destacar que el enganche del “Millo” había tenido una chance mediante un tiro libre que bien supo controlar Armani. Inmediatamente, Gallardo mandó a la cancha a Fernando Cavenaghi puesto que Rodrigo Mora no gravitaba lo suficiente. Y en ciertos pasajes de la etapa final, River hizo uso del toqueteo que quiere su gente y generaba chances de gol, como el cabezazo de Ramiro Funes Mori apenas desviado, el remate de Cavenaghi por encima del travesaño, entre otras ocasiones. Por el lado localista, Atlético Nacional también tuvo las suyas para ganarlo, con el toque de cabeza de Sebastián Pérez que dio en el travesaño tras el centro de Berrio o con otro disparo también por la misma vía a la salida de un córner que se fue desviado casi debajo del arco. Los minutos pasaron y en líneas generales el empate le sabe mejor a River porque no perdió de visitante, porque supo cómo jugarle a un equipo que propone más de lo que concreta pero que puede ser peligroso si lo dejas venir. Línea final para el retorno de Matías Kranevitter que no tuvo muchas, pero se lo vio bien. A definirlo en casa, depende de vos, River.
Era más que importante no perder, si bien no se ganó, se vuelve a Buenos Aires con un semblante positivo por el trámite del partido. La suerte está echada. En 7 días, el “Monumental” brillará como muchas veces se lo vio o quizás mejor aún. Contaremos las 168 horas para que llegue el pitazo inicial, miraremos el reloj y veremos pasar 10.080 minutos hasta que la pelota vuelva a rodar y las pulsaciones cambien de ritmo normal a desesperación, sufrimiento y lo que surja en el momento. 13 años sin disputar una final internacional, y 17 sin ganarla. Es el momento, es el año, la gente está con ustedes. Más de 60 mil almas estarán presentes viendo al “equipo del Muñeco”: ¡¡¡VAMOS TODOS UNIDOS, VAMOS NO NOS QUEDEMOS!!!
Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08
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