Tenía que ser un día 10. Tenía que ser de la mano de un ex 10. Ese hermoso número que ha llevado en su espalda un tal Norberto Alonso, un Ariel Ortega, un Pablo Aimar y un tal Marcelo Gallardo, entre otros. Pasaron 17 años desde aquella noche mágica en la que Marcelo Salas con sus dos goles nos permitía a todos levantar la Supercopa. 17 años de angustias, de sufrimientos, de malaria internacional. Pero la mufa se acabó. La desgracia de los 17 terminó. River es nuevamente campeón de manera internacional y nadie se olvida a que rivales dejó en el camino, sobre todo hace muy poquito. Hay una calesita en el Parque Lezama.
La historia se reacomoda. El 2014 es el año soñado, es el año histórico. Es el 14, tan emparentado con una parte de River. Es un año ideal: les jugamos 8 veces, se retiraron con la cabeza gacha en los 8. Y no se olvida el Torneo obtenido por Ramón Díaz, ese que cortó la sequía de 6 años sin títulos en el ámbito local. River vuelve a ser River porque así lo quieren los dirigentes que comandan esta institución. Porque se desviven por querer que todo salga bien. Porque trajeron a “Napoléon” (con el debido permiso al eterno Lito Costa Febre), porque hicieron los esfuerzos necesarios para traer los jugadores pedidos por el “Muñeco”, porque quieren al club y sobre todo porque son hinchas de estos colores. El “Millonario” es el nuevo campeón de la Copa Sudamericana. Un minuto de silencio…
SEMI-RA Y NO SE TOCA. La copa le corresponde a los de Núñez porque los futbolistas entendieron como se debía jugar esta competencia internacional. Supieron sacar garra de donde no había, como por ejemplo la noche en Paraguay frente a Libertad, como la noche allí cerca del Riachuelo, cuando se puso la fuerza y el coraje necesarios para llevarse un resultado aceptable. Así lo hizo River, así lo quiso su gente que no dejó de acompañar sea donde sea. Es una alegría que perdurará en el tiempo por la forma de haber conseguido esta copa. Se es campeón invicto. Nadie pudo con el River que dirige Gallardo. Ganó, gustó, goleó cuando pudo hacerlo y es merecedor indiscutido de la Sudamericana: ah, y sin necesidad de los penales.
Había que jugar el partido frente a un durísimo rival como Atlético Nacional de Medellín. Digno subcampeón que le pudo frenar a su rival todo tipo de avances en el primer tiempo, con el arquero Franco Armani que era figura gracias a los innumerables desperdicios de Teófilo Gutiérrez. El colombiano de Núñez estaba por demás de errático y en ciertas ocasiones al estar cara a cara con el guardameta argentino. También probaba Carlos Sánchez pero también Armani seguía con su buena actuación. Lo bueno era que River tenía claro como jugarlo, la presión era protagonista, las intenciones de ganarlo en los 90 sobraban pero los 45 iniciales no fueron suficientes para lograr la apertura del marcador. Y Atlético, por su parte, inquietaba la defensa de River desde la jerarquía de Edwin Cardona, los avances de Alejandro Bernal y los aportes de Luis Ruíz pero todo quedaba en la nada porque en el local también había un arquero por demás de figura ya que “Trapito” con el pie le tapaba a Cardona lo que podría haber significado un baldazo de agua helada. Se iba el primer tiempo, venía lo mejor.
Todo de River. El complemento se vistió de rojo y blanco. A los 9 minutos, Leonardo Pisculichi ejecutó el tiro de esquina y el mismo aterrizó en la cabeza de Gabriel Mercado. El “Arcángel” del gol se elevó y de sobre-pique metió un cabezazo imposible para Armani. Comenzaba el camino, se agigantaba la ilusión más aún cuando 4 minutos más tarde otra vez “Piscu” y otra vez desde el sector izquierdo del ataque enviaba el córner para que en esta ocasión fuera Germán Pezzella quien remate de cabeza para estirar la ventaja y sellar el resultado. Fiesta Monumental, luces apagadas, el cielo se iluminaba con las luces de los celulares y de esos fuegos artificiales maravillosos, medallas de oro al pecho, vuelta olímpica en camión descapotable, papelitos rojos y blancos al aire y copa en mano. Se cumplió el objetivo, era ahora más que nunca porque atrás había quedado un viejo primo que no supo que hacer desde los doce pasos. La Sudamericana queda en las vitrinas de Núñez, ya la vas a poder mirar de cerca, porque por ahora SEMI-RA Y NO SE TOCA.
Tenía que ser para River, había que coronar un buen semestre de esta manera. El “River Sensación” que comanda Gallardo hoy pudo volver a serlo por algunos momentos del partido y logró el triunfo más esperado por todos. Y esta institución es tan grande que el domingo ya tiene otra final de por medio, si bien no depende de sí mismo. Lo más importante era sacarse esa espina de tantos años sin levantar la copa internacional. River es grande, de eso que no le quepa la menor duda a nadie. Su historia lo marca, sus números lo avalan, y hoy suma esta nueva corona al museo más grande de Sudamérica. Festejá, gozá, gritá, cantá: RIVER CAMPEON!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Foto: Olé.com
Foto: Olé.com
Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08
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