miércoles, 29 de octubre de 2014

APROBARON LOS ESTUDIANTES




Te pincha cuando quiere, te lo da vuelta cuando se lo propone. Parece una reiteración constante de conceptos, pero es así. No hay con que darle, los rivales que lo “maltratan” solo una vez, reciben dos o más cachetazos. Hoy golpeó una vez y media y eso fue suficiente para ganarle el partido a Estudiantes. River es por lejos el mejor equipo de la Argentina, al menos desde hace un tiempo a esta parte. No conoce la derrota hace 29 partidos y despacha rivales con una simpleza asombrosa.

Luego de la victoria en Rafaela, muchos dijeron: “Si no perdió hoy, no pierde más”. Y paso a paso, los de Núñez demuestran que la palabra caída está afuera del diccionario riverplatense. Hoy gozó de eficacia pero también de mucha suerte para saber ajusticiar en los momentos claves del partido. Se lleva un importantísimo triunfo del Estadio Único de La Plata ante un rival que nunca es fácil y tal es así lo que decimos que en la primera etapa hubo un solo equipo en cancha, el local.

Flojo. Con poco juego, casi nada. Así fue el primer tiempo de River que no pudo ser profundo, no generó ese fútbol que lo caracterizó tanto en el Torneo de Transición como en esta competencia internacional. Fue amigo de la imprecisión y, por ende, le costó horrores llegar al arco custodiado por Hilario Navarro. Desconcentración total en el equipo que dirige Marcelo Gallardo que se salvó de que le cobraran un tiro penal ante una falta de Marcelo Barovero a Román Martínez que luego se iría lesionado. Todo se tornaba por demás de difícil ya que no aparecían los de adelante y atrás tampoco estaba muy clara la cosa que digamos.

Se trataba de presionar bien arriba, de quitarle la pelota a los muy buenos jugadores que tiene Estudiantes, pero el “Millonario” salvo un disparo de Rodrigo Mora que se fue por encima del travesaño, jamás inquietó el arco “Pincha”. Y por el lado de los dirigidos por Mauricio Pellegrino parecía estar todo muy claro, con buen manejo del balón por parte de Joaquín Correa y el apoyo fundamental en la mitad de la cancha de Gastón Gil Romero. Así, el local apretaba a su rival bien arriba y esa presión le dio efecto a los 46 minutos, cuando se moría el primer tiempo. Ramiro Funes Mori quiso salir jugando, Diego vera le robó la pelota y sacó un soberbio disparo con el pie derecho que anuló las chances de Barovero. Error garrafal del defensor que ya hizo en reiteradas ocasiones esta acción y ahora le costó carísimo. Entretiempo en marcha, con la idea de mejorar en el complemento.

Y mejoró, lo suficiente para ganarlo, pero quizás no lo que se esperaba para marcar terreno siendo uno en la cancha. A los 5, Eder Álvarez Balanta ingresaba por Leonel Vangioni, que se retiraba lesionado. Dos minutos después, la jugada entre Carlos Sánchez y Gabriel Mercado fue tan eficaz que el taco del defensor quedó servido para que el centro del uruguayo llegara hasta su compatriota Mora. Rodrigo, en el día de su cumpleaños, tocó de cabeza y equiparó el resultado.

De ahí en más fue otro River, más amigado del balón, más preciso y con la creación de jugadas de peligro. Se lo perdieron Teófilo Gutiérrez y Leonardo Pisculichi, pero a los 26 el colombiano Balanta demostró una vez más porque merece la titularidad. “Levantó la bandera” y encaró, soltó la pelota para Sánchez y éste para “Teo”. El delantero esperó al uruguayo que quiso meter el centro, pero la pelota se desvió en Jonathan Schunke y a cobrar. Con fortuna, sí, pero con la idea clara de mejorar lo hecho en los 45 minutos iniciales. De allí al final, se rescatan: la expulsión de Sánchez quien (para el árbitro Diego Abal) simuló una falta en el área y con amonestación de por medio, expulsó a la figura de River que ya tenía tarjeta amarilla y la tapada de Barovero al cabezazo de Guido Carrillo que tenía destino de red. Ganó River, un estudiante que recobró la memoria justo a tiempo.

Primer objetivo cumplido, de los tres propuestos en esta serie de enfrentamientos frente al “Pincha”. Gallardo sabe que se deben ajustar cosas si no quiere que siempre suceda lo de esta noche: errores infantiles que cuestan caro, que por más que termine con la victoria en el bolsillo, no deberían suceder. Tuvo esa “suerte de campeón”, como muchos le llaman, pero tiene también ese click psicológico que le permite dar vuelta partidos y que todos los hinchas terminen con una sonrisa. Ojalá al final del camino, esa sonrisa siga siendo protagonista luego de los 90 minutos.

Alexis Emmanuel Fuma

@alesn08

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