Te pincha cuando quiere, te lo da
vuelta cuando se lo propone. Parece una reiteración constante de conceptos,
pero es así. No hay con que darle, los rivales que lo “maltratan” solo una vez,
reciben dos o más cachetazos. Hoy golpeó una vez y media y eso fue suficiente
para ganarle el partido a Estudiantes. River es por lejos el mejor equipo de la
Argentina, al menos desde hace un tiempo a esta parte. No conoce la derrota
hace 29 partidos y despacha rivales con una simpleza asombrosa.
Luego de la victoria en Rafaela,
muchos dijeron: “Si no perdió hoy, no pierde más”. Y paso a paso, los de Núñez
demuestran que la palabra caída está afuera del diccionario riverplatense. Hoy gozó
de eficacia pero también de mucha suerte para saber ajusticiar en los momentos claves
del partido. Se lleva un importantísimo triunfo del Estadio Único de La Plata
ante un rival que nunca es fácil y tal es así lo que decimos que en la primera
etapa hubo un solo equipo en cancha, el local.
Flojo. Con poco juego, casi nada.
Así fue el primer tiempo de River que no pudo ser profundo, no generó ese
fútbol que lo caracterizó tanto en el Torneo de Transición como en esta
competencia internacional. Fue amigo de la imprecisión y, por ende, le costó
horrores llegar al arco custodiado por Hilario Navarro. Desconcentración total
en el equipo que dirige Marcelo Gallardo que se salvó de que le cobraran un tiro
penal ante una falta de Marcelo Barovero a Román Martínez que luego se iría
lesionado. Todo se tornaba por demás de difícil ya que no aparecían los de
adelante y atrás tampoco estaba muy clara la cosa que digamos.
Se trataba de presionar bien
arriba, de quitarle la pelota a los muy buenos jugadores que tiene Estudiantes,
pero el “Millonario” salvo un disparo de Rodrigo Mora que se fue por encima del
travesaño, jamás inquietó el arco “Pincha”. Y por el lado de los dirigidos por
Mauricio Pellegrino parecía estar todo muy claro, con buen manejo del balón por
parte de Joaquín Correa y el apoyo fundamental en la mitad de la cancha de
Gastón Gil Romero. Así, el local apretaba a su rival bien arriba y esa presión
le dio efecto a los 46 minutos, cuando se moría el primer tiempo. Ramiro Funes
Mori quiso salir jugando, Diego vera le robó la pelota y sacó un soberbio
disparo con el pie derecho que anuló las chances de Barovero. Error garrafal
del defensor que ya hizo en reiteradas ocasiones esta acción y ahora le costó
carísimo. Entretiempo en marcha, con la idea de mejorar en el complemento.
Y mejoró, lo suficiente para
ganarlo, pero quizás no lo que se esperaba para marcar terreno siendo uno en la
cancha. A los 5, Eder Álvarez Balanta ingresaba por Leonel Vangioni, que se
retiraba lesionado. Dos minutos después, la jugada entre Carlos Sánchez y
Gabriel Mercado fue tan eficaz que el taco del defensor quedó servido para que
el centro del uruguayo llegara hasta su compatriota Mora. Rodrigo, en el día de
su cumpleaños, tocó de cabeza y equiparó el resultado.
De ahí en más fue otro River, más
amigado del balón, más preciso y con la creación de jugadas de peligro. Se lo
perdieron Teófilo Gutiérrez y Leonardo Pisculichi, pero a los 26 el colombiano
Balanta demostró una vez más porque merece la titularidad. “Levantó la bandera”
y encaró, soltó la pelota para Sánchez y éste para “Teo”. El delantero esperó
al uruguayo que quiso meter el centro, pero la pelota se desvió en Jonathan Schunke
y a cobrar. Con fortuna, sí, pero con la idea clara de mejorar lo hecho en los
45 minutos iniciales. De allí al final, se rescatan: la expulsión de Sánchez
quien (para el árbitro Diego Abal) simuló una falta en el área y con
amonestación de por medio, expulsó a la figura de River que ya tenía tarjeta
amarilla y la tapada de Barovero al cabezazo de Guido Carrillo que tenía
destino de red. Ganó River, un estudiante que recobró la memoria justo a
tiempo.
Primer objetivo cumplido, de los
tres propuestos en esta serie de enfrentamientos frente al “Pincha”. Gallardo sabe
que se deben ajustar cosas si no quiere que siempre suceda lo de esta noche: errores
infantiles que cuestan caro, que por más que termine con la victoria en el
bolsillo, no deberían suceder. Tuvo esa “suerte de campeón”, como muchos le
llaman, pero tiene también ese click psicológico que le permite dar vuelta
partidos y que todos los hinchas terminen con una sonrisa. Ojalá al final del
camino, esa sonrisa siga siendo protagonista luego de los 90 minutos.
Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08
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