Otro partido más sin meterla: Fernando Cavenaghi sigue con la pólvora mojada, ya que desde la 9° fecha el capitán no convierte. En picada...
Sin dudas su retorno a Núñez ilusionó a todo el pueblo riverplatense. Después de varias idas y vueltas, el Torito arrancó su tercer ciclo en el club con la promesa de los goles que tanto padeció River en el torneo pasado.
Después de un buen comienzo de torneo, aunque en derrotas (anotó en el 1-2 a Godoy Cruz en la 3° fecha y en el 1-3 versus Colón, en la 4°), Cavenaghi se afianzaba en el equipo, colaborando en todo el frente de ataque, bien ubicado y participativo.
Volvió a marcar recién en la 7° ante Arsenal (el gol del triunfo, de penal) y siguió en la 9° frente a Lanús (fue 2-0). Después de la victoria ante el Granate, el capitán no volvió a marcar y su rendimiento fue en debacle, en desmedro del conjunto.
Pasaron por el camino Boca, Newell´s, Belgrano, Atlético Rafaela (malogró un penal), Estudiantes, Vélez y Olimpo con Cave en sequía. A pesar de eso, Ramón Díaz lo respaldó siempre, al punto que nunca estuvo en el banco de suplentes: todos los partidos, de arranque.
Ante el Aurinegro el 9 aportó poco y nada. Lo tuvo de tiro libre, que remató muy desviado. Muchas ganas y actitud pero pesó poco en el área, donde debe hacerse notar, una constante los últimos encuentros.
El oriundo de O´Brien lleva 95 goles en el Más Grande y es uno de los 15 máximos artilleros de la historia del club. Sin embargo, en un torneo que el Millo está peleando, Cavenaghi está cada día más lejos de aquel romperredes que supo ser. River lo necesita, y lo padece.
Nicolás Diz
@Diz_Nico
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