
Históricamente el mundo River ha sido noticia desde lo más pequeño hasta lo más grande. En 112 años de vida ha habido muy buenos, buenos, regulares y malos momentos en el club. Hoy en día, la institución de Núñez vive un presente podríamos decir inconcluso, raro. Es que todo era alegría y bienestar luego de tres triunfos de manera consecutiva frente a Lanús, Boca y Newell´s lo que hizo pensar en un equipo preparado para pelear el Torneo Final, de hecho está a una unidad del líder que es Estudiantes de La Plata a quien deberá enfrentar este miércoles, pero se encendió una luz de alarma, una luz que no alumbra, al contrario, que oscurece todo aquello que iluminaba.
La ilusión de campeonar está intacta producto de la mediocridad del Fútbol Argentino en la que cualquiera le gana a cualquiera y en la que los errores arbitrales determinan la suerte de los equipos. Pero más allá de la pobreza futbolística que tiene River, estalló una bomba inesperada y la tiró ni más ni menos que el entrenador más ganador de la historia: Ramón Díaz. “Les quiero agradecer a los Borrachos del Tablón porque fueron ellos quienes motivaron a todos”, dijo el riojano post encuentro frente a Atlético de Rafaela. ¿Casualidad?, ¿estuvo preparado? Solo él tiene la verdadera respuesta.
Quizás la polémica continúe o quizás quede en la nada. Lo cierto es que es un momento más que clave para el futuro no sólo de River sino del “Pelado”. Sabido es que la dirigencia no está tan contenta con el entrenador más ganador (como dice la bandera que le dedicó la barra y que ya estuvo en dos partidos e incluso hasta en una práctica en el Monumental) y que, para colmo, Ramón hizo pública una declaración que según el Presidente Rodolofo D´Onofrio “estuvieron fuera de lugar”. Aunque el DT se rectificó y el mandatario le cree y valora que el hombre se haya retractado, todo hace pensar que el ambiente no es sincero entre ambas partes.
Si se analiza con profundidad el rendimiento general del “Millonario” en el certamen, hay que decir que no está para ser campeón o al menos no es un gran equipo que mereciera por lejos adjudicarse el torneo. Hubo “varios River” si se me permite calificarlo así. Aquel del gran primer tiempo frente a Gimnasia en la primera fecha, el del gran partido ante San Lorenzo o hasta el que le jugó a Newell´s de gran manera pero que solo ganó estos 3 encuentros por un gol de diferencia. ¿Producto de la suerte? ¿Efectividad? Puede ser un poco de cada cosa, pero claro está que si River se adjudica este torneo en nada se parecerá a lo que indica la historia.
Si bien ganó la mayoría de los partidos, River es más un puñado de individualidades que intenta ser un equipo pero que no lo logra a causa de muchas cosas. Una de ellas, el mal momento que atraviesa Fernando Cavenaghi. El delantero, apodado “Cavegol”, si bien es el artillero con más gritos en el grupo, no marca hace cuatro encuentros y esto se nota demasiado y se suma a la inmejorable chance que tuvo en el choque frente a Rafaela que como todos sabemos pegó en el travesaño. Y esto no es todo, ahora no contará con la presencia fundamental en el plantel de Marcelo Barovero por varios partidos y River se expone a dos pruebas durísimas que se llaman Estudiantes y Vélez.
No hay margen para los errores. La concentración debe ser el potencial número uno del equipo. River tiene la obligación de ser campeón y cortar una sequía de 6 años sin gritar en Primera División. Para el hincha no es nada agradable que se vean varias identidades partido tras partido. O una cosa o la otra. O toda la gente o solo una parte. Unidos es mejor o ¿River está borracho?
Alexis Emmanuel Fuma
@alesn08
0 comentarios:
Publicar un comentario