lunes, 2 de septiembre de 2013

Penalizado

FOTO: LPM

Semana tras semana, domingo tras domingo. Las pruebas tienen resultados negativos, los exámenes son totalmente desaprobados. No hay apellido que venga bien, ni rival al cual poder vencer. River está jugando con fuego, será tal vez con lo único que juega. Hay situaciones límite que suelen terminar mal en cualquier ámbito de la vida y en 
el fútbol por experiencia se sabe cómo terminan. Cuatro puntos de quince posibles, dos goles en cinco partidos: panorama negro, y no siempre por culpa de los hombres de negro que están en la cancha. Miremos hacia adentro y analicemos.

Claro está que el camino es incorrecto. El equipo que dirige Ramón Díaz atraviesa un momento crítico y lo veníamos diciendo, nos veníamos preguntando qué pasaría si una vez que Teófilo Gutiérrez y Rodrigo Mora estuvieran habilitados, si River cambiaría el funcionamiento dentro del campo de juego. Las pruebas hablan por sí solas, hay culpas que no siempre deben recaer en los árbitros y hay jugadores que “no sacrifican el sueldo”.

Se hace bastante difícil desglosar el comentario de este partido. River solamente perdió por la mínima diferencia pero se pudo haber ido derrotado por más goles si no hubiese sido por Marcelo Barovero que tapó pelotas clarísimas de gol. Es muy temprano para decidir por un solo torneo. La obligación de River es pelear arriba siempre, ¿tanto costará entenderlo?

Los primeros 45 minutos fueron un calco del partido de ida por la Copa Sudamericana, con excepción de algunos apellidos en el once inicial e incluso con la diferencia que River había marcado el gol en aquel encuentro. Tan solo 2 minutos del comienzo y San Lorenzo ya estampaba en el área rival lo que haría todo el primer tiempo: complicar al “Millonario”. Pero en esta ocasión fue excelente, soberbia y superlativa la tarea que deslizó Barovero. “Trapito” estuvo más que atento ante las jugadas de los mediocampistas que manejaban el sector derecho del ataque del “Ciclón” y que se hicieron un festival. Se proyectaban continuamente, dejaban a los delanteros mano a mano con el uno de la visita y llevaban demasiado peligro al arco riverplatense, es decir, generaban el juego que necesita todo equipo que pretende ganar el partido. 


Y los de Núñez no hacían absolutamente nada, eran un equipo perdido en la cancha y proponían un juego muy tímido, sin profundidad, sobre todo desde el manejo de Jonathan “Carreta” Fabbro. El ex volante de Cerro Porteño no aportaba nada, no gravitaba, no se ponía el equipo al hombro y su lentitud ya se torna por demás de preocupanteNo alcanza solamente con la buena pegada desde afuera del área ya sea con un tiro libre o cuando intentó sorprender al arquero Sebastián Torrico con un remate interesante que el arquero supo controlar. Así, es muy difícil que River tenga juego asociado, que “Teo” y Mora lleguen al gol, que el equipo tenga funcionamiento en todas las líneas. Así no. Los tiempos se acortan y los clubes de arriba suman unidades y obviamente que no te van a esperar. Increíblemente, el descanso llegó y el visitante no se iba derrotado.

Pero se veía venir lo peor en el complemento. Parecía ser que en esos minutos de charla en el vestuario no había pasado nada, o quizás no entendieron el mensaje. No sirvieron ni los cambios iniciales ni los que se dieron durante el partido. River fue una sombra, una lágrima, un equipo sin ninguna idea. Para colmo la jugada de Gonzalo Verón que finalizó con el penal hecho por Leonel Vangioni, le permitió a Julio Buffarini concretar el gol (luego de rematar dos veces la pena máxima) y bajarle la persiana al partido. Para que abundar en que si fue o no bien cobrado el supuesto “adelantamiento” de Barovero. El árbitro Darío Herrera se apoyó en el asistente número uno, Julio Fernández, y permitió que el volante de San Lorenzo efectúe el tiro por segunda vez debido a la infracción del arquero. Todo ocurrió a los 16 minutos y el resultado se mantuvo hasta el final como la presencia de River, porque solo hubo eso y nada de juego. Situación complicada y tres puntos más que se quedan en el camino.

En cuatro días se vuelven a ver las caras. Es una especie de final de estos tres enfrentamientos entre River y San Lorenzo. Están 1 a 1 y quizás el conjunto que comanda Díaz se llevó el más interesante hasta el momento. Porque sin dudas que el de más importancia es el del jueves próximo por la Copa. Hay que demostrar actitud, ganas, compromiso y ser un poquito comprensivos. La gente está bastante cansada y no soportaría una nueva eliminación en el plano internacional. Ramón sabe cómo se juegan estos partidos, solo resta saber si los que van a salir a la cancha están a la altura de la competencia y sobre todo de la camiseta.


Alexis Emmanuel Fuma

2 comentarios:

  1. JAJA por twitter le chupas bien el ojete a Fabbro @Riverinstante . .2 toneladas le pesa esta camiseta, que tipo vendehumo por favor, encima "De seleccion". .

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  2. Te cuento, el tw no lo maneja la misma persona que escribe las notas, saludos!

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